El último debate presidencial, ocurrido el pasado domingo 20 de octubre en la sede de la Facultad de Derecho, regaló "perlitas" de diverso tenor.
Una de ellas, referida al picante intercambio sobre el tema corrupción entre los candidatos a ocupar el Sillón de Rivadavia.
Por caso, José Luis Espert le dijo a Alberto Fernández: "Parece ser que en un gobierno que hubo una asociación ilícita, ¿usted no vio nada o fue cómplice de eso?".
El candidato del Frente de Todos no dudó en responder: "Cuando tuve diferencias renuncié y me fui a mi casa. Desde que me fui nunca un juez me citó para que dé explicaciones. No es la suerte del presidente, que el día que deje el gobierno lo esperan más de 100 causas donde está siendo investigado. No es ese mi problema. No tengo nada que ver con la corrupción. No me corra por ese lado, puede darle clases de decencia, muchas gracias."
Ello, que pareció quedar en la mera curiosidad, impulsó a dos abogados a pedir a la Oficina Anticorrupción la citación de Fernández, ya que, de sus palabras, “puede interpretarse que Alberto se retiró del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner porque advirtió la existencia de hechos de corrupción”.
Los letrados, Yamil Santoro y José Lucas Magioncalda, advierten en su pedido que, “la gravedad de los dichos del candidato a presidente de la Nación por el Frente de Todos justifica plenamente su citación a exponer sobre los hechos de su conocimiento que lo habrían puesto en situación de renunciar”.
En su requerimiento, los abogados puntualizan que “dicha información podría ser de sumo interés para un sinnúmero de causas en las que interviene esta oficina o, inclusive, para la apertura de nuevas investigaciones”.
Finalmente, Santoro y Magioncalda aseguran que “los dichos de Fernández podrían ser interpretados como la confesión de uno o varios hechos tipificados en el artículo 277 inciso 1, apartado d) del Código Penal (omisión de denuncia)”.