“Nada de esto fue un error”, dice una conocida canción de Coti Sorokin. Y todo indica que es así. Que nada es un error.
Porque no es posible que tantos se hayan puesto de acuerdo a la hora de hablar sobre las limitaciones que se le deben imponer a los periodistas.
Los comentarios se suceden, uno tras otro, siempre inapropiados. Y siempre en boca de referentes que adhieren al kirchnerismo.
Desde la “Conadep” impulsada por Dady Brieva hasta los “castigos” pedidos por Jorge Rial, pasando por la “revisión” que refiere Hugo Moyano. ¿Qué les preocupa tanto? ¿Por qué están tan molestos justo por lo que hace aquel sector de la prensa que no pueden controlar? ¿O es que se están atajando para lo que harán y no quieren que los controle nadie?
Como sea, en las últimas horas, para sumarse a la polémica de marras, apareció Rafael Bielsa, quien sostuvo que hay todo un modelo de periodismo que "va a desaparecer". Hablaba del sector de la prensa que se dedicó a investigar a Moyano. Imperdonable error, no solo en el concepto en sí, sino además al utilizar la palabra “desaparecer”, cuya connotación en Argentina trae los peores recuerdos.
No obstante, debe reconocérsele a Bielsa su gran coherencia: es el mismo que en 2007 me llamó para putearme y amenazarme por una documentada investigación que había hecho sobre sus vínculos con una suerte de “grupo de tareas” .
Mi revelación era durísima y contaba con nutridas y variadas fuentes, muchas de ellas reveladas con nombre y apellido en la nota en cuestión. “Yo tengo una reputación y vos me estás haciendo daño”, me dijo entonces, justo antes de retarme a pelear mano a mano.
Acto seguido, me prometió enviarme una serie de documentos que demostrarían que mi investigación era falaz. Todavía estoy esperando esos papeles.
Es curioso, porque Bielsa siempre intentó mostrarse como un tipo republicano y es justamente todo lo contrario. Tal cual demostró con la declaración que hizo este mismo martes sobre el periodismo que debe “desaparecer”.
Mi investigación del año 2007 merece releerse, porque muestra esa doble cara, la faceta que pocos conocen sobre el excanciller de Néstor Kirchner. Tiene que ver con actividades oscuras de diverso nivel, surgidas de un "grupo de tareas" que responde a sus dictados desde hace años. Sepan ustedes que operaciones de todo tipo han surgido de sus entrañas.
Cuento todo esto porque son tipos como Bielsa los que cuestionan al periodismo. Personajes de la calaña de Moyano, cuyos delitos alcanzan todo lo imaginable, incluido el tráfico de estupefacientes.
Ergo, ¿desde qué pedestal hablan uno y otro? ¿Desde qué lugar señalan a los que señalan?
Bill Kovach, célebre editor de The New York Times, solía decir que “el periodismo es la primera versión de la historia”. Ese es el precepto que está en juego en estas horas. Es lo que estos tipos intentan derribar. No podrán.