Me resisto a utilizar la frase épica del Quijote “Ladran Sancho”, está demasiado gastada ya. Tampoco se trata todo esto de una quijotada, sino de la simple escritura de un libro.
Refiere a “Massa confidencial”, mi obra número 12, acaso la más osada. Porque se mete en el barro del hoy ministro de Economía. Revela su costado más incómodo, insoportable para muchos.
Lazos con el mundo del narcotráfico, enriquecimiento exponencial y meteórico, uso de la empresa Trenes Argentinos para su propia campaña, e incluso un robo a su casa que no fue tal. Y mucho más.
Por primera vez, ocurrió que ninguna editorial quiso publicarme un libro. Ni una solita. Y los medios se mostraron reticentes a la hora de hablar de aquella investigación.
Salvo honrosas excepciones, como Viviana Canosa en La Nación Más, Marcela Pagano en Radio La Red, y un par de colegas al voleo. Nada más.
Las excusas de los periodistas llegaron una tras otra, calcadas. “Solo nos dejan pegarle a Massa en boludeces, contradicciones en su discurso, nada más”.
Ya conté esto mismo de los pretextos en agosto del año pasado, cuando denuncié a Massa por enriquecimiento ilícito y los jueces Federales empezaron a pasarse el expediente unos a otros. Sin tomar una sola medida de prueba ni citar a testigo alguno. Entonces, como ahora, los medios también se negaron a referirse a aquella presentación.
En ese contexto, donde uno está “solo frente a sus circunstancias” —Ortega y Gasset dixit—, aparece el siempre incombustible abogado Gregorio Dalbon a intentar cuestionar mi libro. Y, pazo cañazo, decir que es parte de una “operación política”.
Vaya ignorancia del letrado, que si googleara solo cinco minutos se daría cuenta de que soy uno de los pocos periodistas independientes del país. El único que ha denunciado judicialmente a referentes del macrismo como Horacio Rodríguez Larreta. Y otros.
“Junto al grupo de abogados que lideramos la campaña limpia para Sergio Massa, estamos analizando la entidad de una operación política que circula en forma de libro. Contiene calumnias e injurias graves y sin sustento. Evaluaremos la demanda por el honor del candidato”, anticipó en su cuenta de Twitter Dalbon, con la imprecisión que lo caracteriza.
Lo insólito de la cuestión es que el abogado me tiene bloqueado en la red del pajarito, por lo cual me enteré de su “amenaza” de pura casualidad.
Dicho sea de paso, ¿por qué el otrora crítico de CFK habrá inhabilitado la posibilidad de responder aquel tuit a los usuarios de la misma red social? ¿Temía lo que pudieran decirle? Imposible saberlo.
¡Vamos Dalbon, sea valiente! Anímese a la denuncia, no se quede en el amague. Uno ha superado más de 40 juicios penales y civiles y no perdió ni uno solo. Espero la demanda, y demostraré en la Justicia todo lo que digo en mi libro. Como suelo hacer siempre.
Entretanto, hasta que se decida, lo invito a leer unas elocuentes líneas que escribí sobre usted en 2016, en una carta abierta que lo describe tal y como es: un verdadero chanta.