El tipo se llama Hernan, o al menos así se presenta en sus redes sociales. Su usuario en Twitter es “@jozernan” y se define como “marplatense, K y gallina, sobreviviendo en un mundo que cada día me desagrada más” (no es chiste),
Apareció sorpresivamente este jueves en mi timeline de Twitter, reclamando el premio que ofrezco desde 2007 a todo aquel que me muestra una copia del diploma de abogada de Cristina Kirchner, o una foto de graduación, o un escrito firmado por ella.
Hernán, o como se llame, me mandó el link de una nota y, a cambio pretendía el cheque que llevo en mi billetera desde hace 16 años.
“Espero que me pases la copia del diploma o la foto de graduación o un escrito firmado por CFK. Es claro mi desafío”, le expliqué, sin dejar de sorprenderme, porque he escrito varias notas al respecto y siempre soy claro respecto de lo que hace falta para hacerse de las 10 lucas verdes.
El tipo no entendió mi explicación, e insistió en cobrar a cambio de un link de una nota de diario La Nación. O sea, la nada misma. Ausencia visible de comprensión de texto.
Le volví a explicar, unas 3 o 4 veces más. Y volvió a la carga adjuntando la ficha de entrega de título, un documento visiblemente adulterado y refutado por un perito calígrafo en el propio expediente judicial. “Por lo visto, nunca viste un diploma”, le dije.
Pero él insistió: Creo q el q nunca vio un diploma sos vos por q titulo de periodista no tenes”. A esta altura de ignorancia omití explicarle que el periodismo es un “oficio”, no una "profesiòn", como el Derecho. Por eso no requiere diploma. No obstante lo cual, soy periodista matriculado profesionalmente, con carnet estatal y todo.
Ante su insistencia, le ofrecí lo último que me quedaba: un debate público. Pero no se animó: “¿Qué queres debatir, decime q tenes vos por sobre el fallo de la justicia q dice q es abogada para determinar q no es abogada?”, escribió.
Ahora, el que insistió fui yo: volví a invitarlo a discutir públicamente. Pero el no se reiteró: “Vos lo negas sin pruebas y pretendiendo q tu mentira este por sobre un fallo de la justicia, no hay debate posible si no tenes algo q anule el fallo”.
Debo admitir que no es la primera vez que me ocurre algo así. Los mamertos abundan en las redes sociales. No obstante, sí es la primera vez que alguien ostenta tal nivel de desconocimiento de lo obvio.
Jamás hay que olvidar aquella frase que le atribuyen a Albert Einstein: “La inteligencia es limitada, pero la ignorancia no tiene límites”.