A partir del comienzo de la investigación por el triple crimen de General Rodríguez, muchos aseguraron que el asesinato de los tres "empresarios" —Forza, Ferrón y Bina— había sido ejecutado por sicarios mexicanos que habían venido al país y que luego de ajusticiarlos habrían regresado a su patria.
Desde este medio, se sostuvo casi desde el principio que no se trataba de personajes foráneos, sino de gente perteneciente a fuerzas de seguridad vernáculas, más presumiblemente la Policía de la Provincia de Buenos Aires. La zona liberada y la manera en que fueron "levantados" los jóvenes, hacían sospechar en ese sentido.
En los últimos días, merced al brillante trabajo de dos fiscales y algunos de los investigadores policiales, se pudo avanzar en esa misma senda, especialmente con la detención del jefe de "calle" de la comisaría 1º de General Rodríguez, Darío Atrio, a quien se lo presume uno de los autores materiales de la muerte de los tres "empresarios". Pocos saben que Atrio —que posee un patrimonio imposible de justificar— estuvo detenido entre el año 2001 y 2003, cuando trabajaba para la Brigada de la localidad de Moreno, cuando quiso extorsionar a un distribuidor de lácteos y, en ese marco, se encontraron armas y granadas en el baúl de su automóvil.
Si se lo indaga con eficiencia y precisión, Atrio podría ayudar a terminar de resolver el triple crimen. Habría que tantearlo por el lado de Marta Baldo, secretaria de Seguridad de General Rodríguez y a quien este respondía de manera directa.
De Carli, la DEA y la droga
Uno de los personajes que traerá grandes dolores de cabeza en el corto plazo es Hernán Rodolfo de Carli, dueño de la quinta donde se secuestraron diversas armas, vehículos y documentación presuntamente comprometedora en torno al triple crimen.
Entre las cosas que aparecieron a su nombre, se encontró un documento de la DEA —agencia estadounidense de supuesta lucha contra las drogas— con su chapa correspondiente. Aunque los medios han publicado que esta es falsa, la realidad es que De Carli, no sólo era colaborador de la DEA, sino que se lo ha visto ingresar en más de una oportunidad a la Embajada de Estados Unidos en la Ciudad de Buenos Aires.
Los desaguisados de De Carli no deberían sorprender a nadie, ya que es usual que personas vinculadas a instituciones como la DEA u otras fuerzas de seguridad foráneas o vernáculas, se dediquen a situaciones ilícitos, toda vez que tienen a su alcance diversas herramientas que les permiten trabajar impunemente. El problema que se suscita en este caso es que la DEA no desconocía las actividades de De Carli, y mucho menos sus vínculos con personajes non sanctos.
Por caso, a pesar de que su abogado lo omita y la Justicia no lo haya mencionado, el organismo norteamericano no puede desconocer la existencia de la sociedad DMASD Group (1), relacionada con el "almacenamiento y conservación de productos de propiedad de terceros. De transporte de productos por cuenta y orden propia o de terceros a donde corresponda por medios propios y/o ajenos". ¿Qué tipo de productos se almacena conserva De Carli? ¿Por qué su abogado, Gustavo Hechen, no hizo mención a esta firma y sólo mencionó que su cliente vendía "cortadoras de césped"?
Es dable mencionar que DMASD Group comenzó a operar el 26 de junio de 2007, en la misma fecha en la que se formaron una veintena de droguerías y firmas pensadas para exportar irregularmente precursores químicos.
¿Qué sucederá en las próximas horas? la DEA intentará convencer a la Justicia de que De Carli no era hombre de sus filas. Si no lo logra, dirá que este estaba trabajando de manera encubierta en el caso de la efedrina y/o el triple crimen.
Concluyendo, lo que vendrá
En las próximas horas, posiblemente este fin de semana, habrá un importante operativo en la Ciudad de Buenos Aires a efectos de detener a cinco mexicanos involucrados en la trama de la efedrina. Uno de ellos ha sido detectado merced al alquiler de un automóvil con GPS.
Por otro lado, ha comenzado a asomar sus narices un personaje llamado Daniel José Díaz, apodado "Chuck Norris" y tristemente célebre por haber boicoteado con información falsa el informe de lavado de dinero elaborado por Elisa Carrió en el año 2001. Díaz, no casualmente vecino de General Rodríguez, se ha acercado a los investigadores a efectos de aportar supuesta evidencia. Habrá que tener enorme precaución para con él.
Mientras tanto, el juez Federico Faggionato Márquez se excusa frente al Poder, asegurando que lo han "obligado" a detener a ciertas personas "con verdades parciales". Sufre el magistrado la presión de dos sectores: por un lado, por parte de la fiscalía de Mercedes, que lo conmina a no mandarse macanas. Por el otro, media docena de dirigentes políticos le recuerdan los pedidos de juicio político que pesan sobre él a efectos de que no avance más de lo debido.
En medio de todo esto, se ha precipitado una interna feroz entre la Policía Federal y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en el marco del secuestro de 750 kilos de cocaína por parte estos últimos en un galpón de San Miguel.
Finalmente, hace unos días se han comunicado con Periódico Tribuna el hermano y la esposa del mexicano Rodrigo Pozas Iturbe jurando por la "completa inocencia" de este en torno a la causa de la efedrina. Más allá de que existen indicios concluyentes contra Iturbe —por caso, estuvo reunido al menos en dos oportunidades con Forza, Ferrón y Bina, negociando la venta de precursores químicos—, hay un párrafo destacable en uno de los correos enviados a este medio: "todo esto ha sido creado para ocultar los movimientos que realiza el gobierno de aquel país con 'empresarios' de la farmacéutica para ellos sí traficar con efedrina y otras drogas".
En eso, estamos completamente de acuerdo.
Christian Sanz
(1) DMASD Group posee un elevado e inusual capital social —$500.000— y está conformada por Hernán de Carli y su hermano Guillermo Felipe.