En el marco de un taller sobre conocimiento del uso de recursos naturales, desde La Cámpora elaboraron un texto en total sintonía con los argumentos que las principales empresas mineras se proponen exponer mediante una mega campaña informativa que pronto se verá en radio y TV: concientizar a la población de las bondades de la megaminería en la Argentina y descubrir la cantidad de objetos de uso diario que son fabricados gracias a esta actividad.
“La idea es generar una formación argumentativa técnicamente valida sobre minería nacional para lograr discernir y refutar preceptos falsos mediante el análisis discursivo de la información mediática sobre el tema”, comienza el texto elaborado por Mariano Maich, integrante de La Cámpora.
“La minería es la madre de todas las industrias”, afirma sin entrar en discusión sobre la diferencia entre minería o megaminería a cielo abierto.
“Vamos a analizar punto por punto los preceptos difundidos por la campaña antiminera de estos días a través de grupos ecologistas, gente preocupada y medios masivos de comunicación”, apunta.
“La creencia popular indica que las transnacionales vienen a llevarse todo”, demuestra Maich, pero avisa que su origen extranjero se debe a que los inversores y empresarios argentinos “no se caracterizan por apostar con riesgo” y que “no quieren poner la tarasca, no quieren tomarse el trabajo de adquirir tecnología y el conocimiento científico adecuado”, por lo tanto “las compañías que se dedican a esta actividad son extranjeras y tienen el respaldo de capital y conocimiento necesario para hacer su trabajo”. “Sin ellas no podríamos extraer los recursos”, afirma.
En referencia al uso del cianuro para la extracción de oro, sostiene: “El 90% del cianuro que se utiliza en nuestro país está circulando en las grandes ciudades entre las fabricas de bolsas de nylon, de plásticos, pinturas, de insumos para autos, industria farmacéutica, etc. ¿Alguien recuerda una placa roja en Crónica sobre un accidente con cianuro?”
“Los que se oponen, se oponen por varias razones simultáneas. La razón ecológica es la más gorda, la que más fácilmente llega a la gente. Por eso será útil hacer una breve reseña histórica de como se desarrolló este asunto, porque leo por ahí que le atribuyen a [Pino] Solanas una importancia que no tiene. Su único mérito (payasesco) es haber juntado en un manojo todos los argumentos: los ecológicos, los de saqueo, los de riesgo de catástrofes, los antiimperialistas y hasta los de esa rara variedad de izquierda tonta que supone que puede evitarse todo si viramos a una existencia ascética, natural (casi monástica, bah)”, aclara el informe en cuanto a la oposición de la actividad iniciada por el “mediopelo”.
“¿Quién empezó? El mediopelo, lógicamente. El mediopelo actúa igual en todos lados: le gusta el oro, pero no quiere minas. Le gusta el papel, pero no quiere papeleras cerca. Le gusta la electricidad, pero sin usinas. Adora los autos, pero odia el efecto invernadero. Es un grupo social habituado a disfrutar de la producción material de la sociedad, no a efectuarla. Ignora, teme y desprecia todo lo relativo al fenómeno de la producción material,” cierra el texto en cuestión.
Carlos Forte
Twitter: @fortecarlos