El casino Winland de Guaymallén, Mendoza, vive en estas horas una historia de novela. La punta del iceberg se pudo ver el viernes pasado, cuando un grupo de matones intentó ingresar por la fuerza al lugar a efectos de borrar pruebas de un supuesto delito y hacerse de la caja del lugar.
Antes que nada, hay que conocer a los integrantes de la historia: por un lado, existe una firma gerenciadora denominada Zulú, integrada por Luis Olivares y Zunilda Torres, un matrimonio en conflicto por la aparición de una tercera en discordia llamada Rosa Castro Camacho.
Por otro lado, aparece una sociedad llamada KLP, integrada por otras dos firmas: Grupo 5 y Promotora. La primera está integrada por dos polémicos personajes, Rafael Augusto Garfunkel —tío de Matías Garfunkel— y Pablo Marcelo Goldszier; la segunda por los rusos Oleg Starovoyt, Alexander Oseev, Vladimir Yurin y Serhiy Dolhanov.
Todos los mencionados intentan llevar adelante un rentable negocio, no sin desconfianza permanente entre unos y otros. La historia cuenta que los integrantes de Grupo 5 estafaron a sus socios rusos a lo largo de los años, hasta que estos se percataron y presentaron una jugosa denuncia judicial.
Ello explica —en parte— la incursión del viernes pasado: la gente de KLP intentó deshacerse de unas 60 máquinas a través de las cuales se habría llevado a cabo el fraude. En el mismo trámite trataron de quedarse con parte de la millonaria caja.
“Quisieron tomar el casino por la fuerza. Están desahuciados y querían a toda costa la caja del casino”, reveló a este cronista uno de los abogados del Winland.
-¿Qué argumentaron a la hora de ingresar?
-No argumentaron nada. Dijeron que tenían que hacer una auditoría. Engañaron a la policía diciendo que necesitaban un servicio especial para cuidar al equipo de Los Pumas y contrataron a su vez unos 20 monos de seguridad. Fue una situación violenta, para que te des una idea el célebre abogado es Urrutigoity aparece filmado pateando las puertas para que le abran.
-¿Pudieron finalmente salirse con la suya?
-No, porque llamamos a la fiscalía de turno y demostramos que teníamos una medida precautoria autosatisfactiva que no les permitía hacer lo que hicieron. Los sacamos a las patadas.
-¿Existe una denuncia entre socios en KLP?
-Sí. Los socios rusos les metieron denuncias penales por defraudación a Garfunkel y a Goldszier. Cuando se hizo el emprendimiento, ambos les pidieron a los rusos 22 millones de dólares y estos los traen a la Argentina legalmente. A partir de entonces, empiezan a pagarse sobreprecios y generarse deudas “truchas”. Ahora están todos desesperados porque no les dan las cuentas.
-¿Por qué no concursan y listo?
-No pueden concursar porque tienen una deuda con el Banco Nación por 56 millones de pesos. La deuda total de KLP es de 300 millones de pesos que fue garantizada con el hotel Meliá ubicado en la calle Florida, en Buenos Aires. Lo perderían.
El enfrentamiento ha escalado a niveles inimaginables. Tal es la situación, que los rusos vinieron a Mendoza a ocuparse en persona de la situación de marras. “No se trata de cualquier grupo empresario, son pesados, hombres vinculados a la KGB”, advirtió a este diario uno de los que más investigó al Winland, Edgardo Civit Evans (foto).
“Los rusos no se van a quedar cruzados de brazos, van a ocuparse del tema de manera poco diplomática”, agregó el economista.
El comentario se suma a una histórica leyenda ¿urbana?, que cuenta un histórico peronista: "Un día fue la gente de Vila a querer cobrarles 'peaje' a los rusos. Uno de ellos lo escuchaba con atención, hasta que repentinamente sacó un arma de un cajón y se la puso a limpiar, al tiempo que preguntó retóricamente: '¿Qué es lo que tenemos que pagar?'. Nunca más nadie molestó a los rusos".
En estas horas, se ha conformado un expediente judicial por lo sucedido el viernes pasado y el mismo ha recalado en la fiscalía de Claudia Ríos (foto). “Yo tengo que resolver si es delito o no, si es una cuestión civil”, aseguró la funcionaria a este medio.
A ese respecto, la fiscal reveló que existe “un planteo y una documentación que se presentó por un contrato de gerenciamiento a favor del casino y otra documentación que presentó una medida precautoria autosatisfactiva. Se trata de dos personas que invocan diferentes derechos”.
Y agregó: “la cuestión se va a resolver esta misma semana”.
Las acusaciones cruzadas han superado el límite de la mesura y los trapitos comenzaron a lavarse a la luz pública. Quienes conocen la trama aseguran que es solo el comienzo de una disputa que dará para largo y que no carece de cuestiones de polleras (ya se hablará al respecto en sucesivas notas) y blanqueo de dinero.
Mientras esto ocurre, las autoridades del Winland se debaten entre dar una conferencia de prensa o no en los próximos días. Saben que la sociedad tiene muchas preguntas por hacer. Hay que ver si están dispuestos a responderlas.