Sergio Berni y Jorge Capitanich se pusieron de acuerdo: ambos niegan que se produzcan drogas en la Argentina, aún cuando lo admitió hace pocos días el propio ministro de Defensa, Agustín Rossi.
Si uno u otro funcionario hubieran leído lo que publicó diario Clarín —y otros medios— en julio de 2008, podrían haber evitado el papelón.
El título de la nota lo dice todo: “Laboratorio descubierto en Maschwitz se dedicaba a producir drogas sintéticas”.
Allí se hizo mención a una casaquinta donde nueve mexicanos y un argentino elaboraban éxtasis, metanfetamina y efedrina.
Por las dudas, cabe mencionar que la fuente no es solo periodística, sino policial. Quien llevó adelante el operativo de marras fue el comisionado Honorio Rodríguez.
El jefe del operativo señaló a su vez que “se secuestraron elementos para elaborar éxtasis, metanfetamina y efedrina, casi 60 mil dólares y 1.500 pesos mexicanos (equivalente a 146 dólares)”. ¿Dejan alguna duda las palabras de Rodríguez respecto a la producción de narcóticos?
En realidad, lo que se descubrió en ese procedimiento fue apenas la punta de iceberg de una trama mucho más compleja y elocuente, que terminó con la vida de tres jóvenes empresarios llamados Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.
Prontamente, apareció la pata política en esa indagación y todas las sospechas se dirigieron hacia el entonces jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández. Quien lo refrendó con su propia firma fue el fiscal Juan Ignacio Bidone en el marco de ese mismo expediente.
Según Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, “el país no solo produce drogas, sino que es considerado un narcopaís”.
-¿Por qué entonces Capitanich y Berni aseguran que en Argentina no hay producción de estupefacientes?
-Ambos están obligados a mentir. Si no, deberían reconocer lo que no han venido haciendo durante estos años.
-Es decir que para vos sí somos productores de drogas.
-Sí, obvio. Argentina es un país productor y exportador. Si querés encontrar producción de drogas, andá a Rosario, Buenos Aires y toda la vera del Río Paraná.
-Imagino que aparte de exportar debe haber consumo interno.
-No lo dudes. Somos el primer país en consumo de cocaína de toda América según el Departamento de Estado norteamericano y la Oficina contra las Drogas y el Crimen de las Naciones Unidas.
-¿Existe protección política o complicidad en el negocio de los narcóticos?
-Sí, de hecho parte de todo el problema que hoy vivimos empezó en 2004 cuando se enfrentaron Aníbal Fernández, entonces ministro del Interior, y José Granero, ex titular de la Sedronar.
La discusión tuvo que ver con los precursores químicos, que no tenían control y Granero decidió cortar la exportación. Eso obligó a “macerar” la pasta base en los países de origen y traerla al territorio nacional, donde se podía estirar con toda facilidad.
-Si tuvieras que calificar a Berni luego de hoy, ¿cómo lo harías?
-Es un gran mentiroso.
Más claro, echarle agua…
Christian Sanz
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