Empezó como un chiste, una suerte de ironía sobre las invitaciones que hace el papa Francisco a personajes de baja estofa para que lo visiten en el Vaticano.
Cada vez que ello ocurre, las redes sociales explotan de mensajes contra el sumo pontífice y se generan interminables discusiones acerca de esa situación. A favor o en contra de la decisión papal, pero jamás pasa desapercibido lo que hace Bergoglio.
Como sea, esta semana publiqué en mi muro de Facebook un breve texto desafiando al mandamás del Vaticano:
No es ningún secreto que el papa Francisco recibe a bribones de la talla de Carlos Menem, Guillermo Moreno, Hebe de Bonafini y otros. Para mí, esa actitud no tiene explicación.
Alguno podría decir que el sumo pontífice es un hombre amplio, que abre sus brazos a cualquiera, en su "infinita misericordia". Puede ser.
Ahora, si es así, veremos si me recibe a mí en el Vaticano. A partir de ahora empiezo una campaña para lograrlo. Pueden compartir esta publicación para ayudarme, dicho sea de paso.
Es solo un experimento, veremos si el Papa Francisco me da su bendición y logro que esta foto (trucada) se haga realidad...
A poco de publicado el posteo en las redes sociales, 110 personas decidieron compartirlo y 119 dejaron sus comentarios al pie. Todo un éxito. Eso sin mencionar que tuvo casi 300 “Me gusta”.
A ello debe agregarse lo que me escribió monseñor Guillermo Karcher, el ceremoniero pontificio: “El protocolo prevé que las solicitudes de audiencias sean tramitadas vía Nunciatura Apostólica”. Al parecer, mis dichos comenzaron a mover la maquinaria papal.
¿Y ahora? ¿Qué hago? Me pregunté esas y otras cuestiones. ¿Y si hago el pedido y el Papa me termina invitando? Quedé encerrado en un real dilema.
Yo, que quería demostrar que Francisco solo invita a corruptos, podría terminar burlado por mi propio desafío. ¿Qué hacer, insisto?
Es cierto que no está todo dicho, aún queda un largo trecho por recorrer antes de que el sumo pontífice me invite. Sin embargo, quería compartir estas palabras con ustedes, porque encierran mis pensamientos más íntimos en estas horas.
Para muchos podrá parecer una tontería… y seguramente lo es. Pero, ¿quién no hace alguna idiotez cada tanto?