Fernando Gonzalo Pocino es un tipo peligroso, el terror de los periodistas críticos y los referentes opositores.
Aunque pocos conocen su nombre, es quien supo llevar a cabo algunas de las operaciones más oscuras del kirchnerismo desde la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), merced a su entonces cargo como director de Reunión Interior en ese organismo.
Las más recordadas han sido dos: la acusación falsa contra el candidato del ARI Enrique Olivera, a quien se le endilgó una cuenta en Suiza que no era tal; y la filtración del legajo de la exSIDE del diputado lavagnista Juan José Álvarez.
Pero hay más: Pocino es quien estuvo detrás de la evaporación “trucha” del albañil Luis Gérez, cuyo supuesto secuestro se pergeñó a efectos de borrar de la memoria colectiva lo ocurrido con Julio López.
Aunque no aparece mucho en los medios, su nombre es harto conocido en el mundo del espionaje desde hace ya más de 30 años: fue militante de la oscura Coordinadora radical y llegó a desembarcar en AFI gracias a los oficios del operador Enrique "Coti" Nosiglia.
Desde esos días hasta fines de 2015 supo reacomodarse a los diferentes momentos de la política, como un verdadero camaleón. Ello hasta que el kirchnerismo decidió pegarle una “patada en el tujes” por considerarlo desleal. Fueron momentos aciagos para muchos periodistas que supieron cobrar suculentos sobres dinerarios de su parte.
Mucho más podría contarse sobre Pocino, quien, como se dijo, supo operar contra el periodismo independiente —quien escribe estas líneas denunció en 2008 cómo este personaje hackeaba a propios y ajenos— y los referentes opositores a los K.
Sin embargo, la noticia es que el otrora espía volverá a recalar en la AFI, con todo el poder delegado hacia él por parte de Alberto y Cristina. Sobre todo esta última.
Según pudo saber Tribuna de Periodistas, las conversaciones vienen dándose desde principios de septiembre de 2019 y ahora ha llegado la corroboración oficial: en estas mismas horas se está rearmando su “vieja” oficina en 25 de Mayo 33, a metros de Casa de Gobierno.
Quien lo secundará será Emiliano Deza, el técnico informático que fue denunciado en 2016 por espiar a puntuales periodistas.
Como puede verse, los días que se avecinan no son nada promisorios. Será una suerte de remake de lo que fueron los peores vicios del kirchnerismo.
De la mano de personajes como Horacio Verbitsky —y otros como el camporista Esteban Orestes Carella—, el espionaje vernáculo se prepara para aleccionar al periodismo independiente. “678 será un poroto comparado con lo que preparan ahora”, dijo a este portal una fuente reservada del kirchnerismo.
Ya no hay dudas, se confirman todas las sospechas: se viene el Ministerio de la Venganza.
Pocino fotografiado de manera subrepticia por revista Noticias