Hace unos meses, envié un correo electrónico al CEO de editorial Perfil, Jorge Fontevecchia, pidiéndole que me concediera una entrevista para Tribuna de periodistas y advirtiéndole que desde el kirchnerismo se estaba gestando una operación en su contra, de la cual daría detalles cuando nos encontráramos cara a cara.
“Por medio de la presente quisiera solicitar una entrevista con el Sr. Jorge Fontevecchia, a efectos de ahondar sobre el preocupante ahogo que el gobierno kirchnerista viene efectuando hacia editorial 'Perfil'.
Algunas de mis fuentes periodísticas hacen mención a futuras campañas contra dicha firma y es mi interés, aparte de la entrevista de marras (que sería publicada en mi periódico digital), comentarle a Fontevecchia (o a quien él designe) detalles de lo comentado”, decía el E-mail enviado por mí al empresario periodístico, el cual fue respondido a los pocos días por su secretaria.
"Estimado Sr. Sanz: Lamentablemente por ahora el Sr. Fontevecchia está con la agenda apretadísima y no dispone de tiempo para conderle una entrevista. Igualmente agradece su interés. Saludos Cordiales, Mariana Elizeche. Asistente del Sr. Fontevecchia”, decía el correo recibido.
Lamenté en ese momento la negativa a concederme la entrevista. Los datos que tenía para aportar al empresario eran reveladores.
Ópera oficial
A principios del mes de agosto del año 2006, supe por boca de un importante funcionario de segunda línea del kirchnerismo que se preparaba una fuerte operación, no sólo contra Jorge Fontevecchia, sino contra los enemigos políticos más acérrimos del Gobierno. "La idea es hacer un ataque escalonado. Cuando más se acerque el 23 de octubre de 2007, el golpe va a ser más y más contundente", me dijo el informante en medio de una charla casual.
Según el funcionario, se buscaba en esos días a alguien que se animara a hacer el trabajo sucio desde lo periodístico y, aunque la idea aún estaba verde, la decisión ya estaba tomada. Así me lo confesó: "Se va a captar a un empresario de algún medio gráfico o se fundará uno nuevo a través de algún testaferro, la idea es 'encargarse' de los enemigos K: (Jorge) Fontevecchia, (Elisa) Carrió, (Mauricio) Macri, (Luis) Patti, (Juan Carlos) Blumberg y (Ricardo) López Murphy, entre otros. Va a haber portadas muy fuertes contra ellos, con artículos 'traídos de los pelos', algunos de ellos serán sumamente exagerados, basados en datos reales pero amplificados a más no poder (...) Esas portadas serán puestas luego en afiches distribuidos por las principales ciudades del país. ¿Si usarán la empresa de Pepe Albistur para los afiches? No creo, no suelen hacerlo. Es para despistar."
Luego de pasados unos meses de semejante confesión, comencé a notar que las palabras del informante se iban haciendo realidad. En seguida supe quién había sido el empresario periodístico designado para la tarea sucia: Sergio Szpolski, dueño del diario De la U, las revista Veintitrés, Siete días y Newsweek Argentina.
¿Quién es Sergio Szpolski? Según el interesante y especializado blog de Internet Del Medio (1), "es alguien capaz de mandar a un empleado a sacar una fotocopia, pero no darle la plata para hacerlo. Mejor digamos que es dueño de la revista 23 una de las beneficiadas por el Gobierno K con la publicidad oficial, pero también Szpolski tiene incesantes alianzas con el gobierno de los Rodríguez Saá y entonces el semanario se distribuye en el puntano Diario de la República, propiedad de la familia del ex presidente que declaró el default.
Antes, Szpolski reventó la agencia Infosic luego de hambrear a sus trabajadores; fue o es amigo y socio de personajes de la talla de Enrique Coti Nosiglia, José Luis Manzano, Daniel Hadad, Luis Cetrá, Fernando Sokolowicz; tesorero de la AMIA, cuyo tribunal de ética le impuso una condena por ser directivo del Banco Patricios. También se comenta que Szpolski fue socio de Luis Barrionuevo en un emprendimiento ¡educativo! en el partido de San Martín, el condado del hincha de Chacarita.
Pero lo central a decir es que Szpolski es uno de los grandes beneficiados del 'albertismo', una corriente que lleva pauta oficial de la jefatura de Gabinete, previa orden de la Casa Rosada, hacia los medios amigos. Lo prueba el trabajo de Poder Ciudadano sobre cómo se maneja la pauta de avisos oficiales del Estado: 23 es la revista más beneficiada por la publicidad de los actos de Gobierno".
Según Ernesto Tiffenberg, editor del diario Página/12, el primer intento importante de Szpolski por hacer pie en el terreno de los medios "fue la fallida sociedad con Gerardo Sofovich en pleno menemismo para llevar adelante un periódico que pudiese desplazar al molesto Página/12. Con ese objetivo inició una campaña difamatoria para la que hasta llegó a contratar a periodistas de este diario. El engendro (construido bajo la imposible ilusión de inventar un menemismo progresista) no llegó a ver la luz...".
Más claro, echarle agua.
El ataque ¿la mejor defensa?
Esta semana, la revista Siete Días publicó en portada un artículo titulado "Fontevecchia y su relación con la dictadura", acompañado con una foto del CEO de Perfil bastante particular por lo poco favorable hacia el empresario periodístico.
Tal cual me había anticipado la fuente anteriormente mencionada, el artículo de Siete Días está basado en algunas notas periodísticas puntuales escritas por Fontevecchia, pero con la "amplificación" y "escandalización" del semanario. La cuestión es tan burda que la supuesta "primicia" del semanario fue leída una y otra vez por los siempre operadores de Radio10 (2). De manera coincidente, pudo escucharse en esa emisora la incesante publicidad de Siete Días con la "lectura" de la tapa sobre Fontevecchia.
En dicho marco, surge la pregunta inevitable: ¿publicará Siete Días "investigaciones" similares referidas a otros medios que sí fueron realmente apologistas de la sangrienta dictadura militar, como diario Clarín? Difícil saberlo.
Antes de la tapa con Fontevecchia, la misma revista hizo sendas "operaciones" a Luis Patti y Mauricio Macri, dos de los mencionados por el informante y enemigos encarnizados del presidente Néstor Kirchner. La movida es más que evidente, sobre todo si tenemos en cuenta que Szpolski no se hace responsable de la revista que edita. ¿Cómo es esto?
Cuando uno consulta en la página del staff de Siete Días aparece como editor responsable una sociedad anónima llamada Manfla. A su vez, señala que la publicación es propiedad de Milke S.A. "O Szpolski ya no se acuerda de los nombres de las sociedades que crea cada semana o se estaría frente al caso de una revista que pertenece a dos sociedades diferentes, que, no deben tener muchos antecedentes en el mundo editorial", asegura la gente del blog Del Medio. Antes de Manfla, la sociedad que se encargaba de la edición era Arteche S.R.L., homónimo ¿casual? del entrañable tránsfuga que Gianni Lunadei personificó en la película Plata Dulce.
Según el periodista Darío Gallo (3), la mezcla de sociedades o "tupacamaruzación comercial es una estrategia razonada con la secretaría de Medios de Pepe Albistur, para desviar publicidad oficial a distintas sociedades que terminan en un sólo bolsillo (o en dos).
Dentro de los muchos curritos de Albistur y su gente, el desvío de publicidad por caminos sinuosos es una inversión que tiene retorno. ¿Cuánto dinero le da Albistur a Szpolski? Vaya a saberse. Hay que sumar lo de Comunidad Virtual S.A., más Arteche S.A., más Manfla S.A., más Periodismo Universitario S.A., más Comunicación Grupo 3 S.A. y la lista sigue...".
Szpolski hace "caja" a fuerza de pisar la cabeza a los enemigos del Gobierno, algo realmente vergonzoso.
Concluyendo
Lo que sucede a Fontevecchia es el comienzo de una operación en su contra que fue anticipada a este periódico hace varios meses.
¿Cómo sigue la historia? Se lo seguirá ahogando respecto a la publicidad de su diario dominical, se apretará a los posibles anunciantes de sus medios y se lo seguirá salpicando con escándalos "inflados", cuando no inventados.
Mientras, la inexplicable cobardía de otros medios seguirá haciendo caso omiso a lo que sucede al CEO de Perfil, como si fuera un problema ajeno al ámbito periodístico. También se continuará "ninguneando" las primicias de las publicaciones de esa editorial, como si no existieran.
Es una de las técnicas recomendadas desde Casa de Gobierno, bajo promesa de seguir girando importantes partidas de publicidad oficial a quienes ayuden a acabar con el "monstruo" llamado Perfil. Es lo mismo que le sucede a los pequeños medios que intentan ser independientes: no se los deja asomar la cabeza. La cooptación está a la orden del día y la billetera oficial todo lo puede; De Vido, Albistur y Alberto Fernández mediante.
Preocupa sólo una cuestión: ¿por qué el Gobierno teme tanto al periodismo independiente?
Christian Sanz
(1) http://delmediorecargado.blogspot.com/
(2) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=806
(3) blocdeperiodista.com