Finalmente, Cristina Kirchner logró aquello que empezó a motorizar el día que coronó a Alberto Fernández como candidato a presidente de la Nación: consiguió ser sobreseída en el expediente que la investiga por presunto lavado de dinero en los hoteles Los Sauces y Hotesur.
Uno lo ha contado con lujo de detalles en un millón de notas periodísticas. Sobre todo en lo referido a su preocupación por el derrotero de Florencia, su hija, que no ostenta fueros de ningún tipo y está en riesgo permanente de caer en prisión.
Por eso, la vicepresidenta celebra lo ocurrido este viernes. Que no ha sido casual: sucede a última hora del último día de la semana laboral, para evitar el brutal impacto de los diarios, que suele declinar los sábados, por desinterés de los lectores.
Ha sido un oportuno regalo del Tribunal Oral Federal 5, solo comparable a aquel fallo absolutorio que Norberto Oyarbide obsequió a Néstor y Cristina en vísperas de la Navidad de 2009. A cambio de ocho millones de dólares, tal cual reveló el contador K Víctor Manzanares.
Como sea, la otrora presidenta sabía de antemano que hoy sería sobreseída, y ello explica la caravana de autos que desfilaban en la puerta de su domicilio este viernes desde poco después del mediodía. Ahora mismo, todos deben estar festejando en su ostentoso departamento.
Pero no solo Cristina es la que celebra: otros bribones de alcurnia como Cristóbal López y Lázaro Báez también descorchan champagne en estas horas.
No solo festejan la resolución judicial, sino también por cómo lograron presionar a la Justicia, impidiendo que se sustancie el juicio oral pertinente y evitando las incómodas medidas de prueba que estaban por llevar a cabo los prestigiosos peritos de la Corte Suprema.
No hay mucho más para decir: la evidencia en aquel expediente es abrumadora. Y revela de manera concluyente que efectivamente se blanqueó dinero, presumiblemente de hechos de corrupción.
Sin mencionar lo que ha surgido del expediente de los “cuadernos de la corrupción”, que aporta más pruebas a las ya existentes en la causa judicial “madre”.
Está claro que seguimos avanzando, sí... ya estamos más cerca de ser Argenzuela.
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