En sus primeros años de gobierno, Néstor Kirchner disfrutaba de un juego entretenido en el cuál había que “matar a los muertos”.
En otras palabras, disparar sobre un ejército de zombis que se resignaban a quedarse dentro de su sepultura y deambulaban por la Argentina generando la repulsión general.
De esta forma, el santacruceño ganó mucha popularidad atacando a:
-El menemismo residual.
-La “mayoría automática” de la Corte Suprema de Justicia.
-Los militares genocidas.
-Las estafadoras AFJP.
-Las voraces privatizadas de los noventa.
-Los economistas liberales.
-Su propio mentor, Eduardo Duhalde, a quién calificó como el “padrino”.
-Y, por supuesto, al macrismo.
La lógica confrontativa le resultaba pura ganancia; siempre que uno se enfrenta a uno más malo, parece mejor de lo que realmente es.
Sin embargo, desde hace un par de años el matrimonio patagónico no para de equivocarse.
Los errores se suman de manera increíble dejando la duda sobre si los K, además de audacia, desparpajo y falta de escrúpulos, tienen alguna capacidad política concreta.
Veamos ocho ejemplos que lo demuestran.
1) Fueron en el 2008 contra el campo confundiendo a los productores pequeños de la FAA con la vieja oligarquía, lo que les significó perder el Congreso, la calle y su enorme imagen positiva, la que se desplomó a una tercera parte en unos pocos meses de contienda.
2) Por entonces, en simultáneo, emprendieron contra el grupo Clarín, al que meses antes le había aprobado la fusión de Multicanal y Cablevisión, además de prorrogarle por varios años la licencia de Canal 13.
4) Arremetieron a principio de año contra Martín Redrado, convirtiendo a este ex menemista en un mártir y best seller al mismo tiempo. Hasta lo acercaron a la jefatura de la ciudad de Buenos Aires, tras el corrimiento del golden boy al Peronismo Federal.
5) Se las tomaron ahora con la Corte Suprema de Justicia, al no aceptar la reposición del fiscal Eduardo Emilio Sosa en Santa Cruz. En pocos días o semanas, cuando Eugenio Zafaroni deje de ser funcional a los K, el máximo tribunal fallará en contra de la ley de medios que exige que grupos como Clarín y América se desprendan de sus “joyas”.
6) Vilipendiaron a una figura de la talla del ex fiscal Strasera, quién ayudó a condenar a las juntas militares del proceso.
7) También cayó Daniel Scioli en la ira desatada, El gobernador bonaerense mejoró tras los ataques su imagen y parece ser la nueva “esperanza blanca” del justicialismo.
8) Luego de años de noviazgo, rompieron su relación amorosa con la UIA y los principales empresarios argentinos, quienes ya huelen el fin de ciclo y se hacen convenientemente a un costado.
Resumiendo, todo lo que hoy por hoy tocan los Kirchner termina estropeado.
-Sus candidatos en la interna socialista fueron masacrados por Rubén Giustiniani.
-Sus esbirros en el Colegio de Abogados de Capital, del interior y de la Asociación de Jueces sufrieron tres derrotas seguidas en la contienda para enviar delegados al Consejo de la Magistratura.
-La oficialista Radio 10 no para de caer en las mediciones, con excepción de Marcelo Longobardi, que mantiene un discurso sumamente crítico hacia los K. Mitre le podría quitar pronto su antiguo liderazgo.
-El insípido Telefé Noticias pierde cada noche contra el opositor Telenoche.
-Lo de Víctor Hugo Morales en Canal 9, TVR, Duro de Domar y Visión Siete es tan pobre que no da ni ganas de hacerles una chanza.
-El crítico diario La Nación ya vende más de 300 mil ejemplares los domingos (récord en veinte años, cuando los diarios de papel no paran de caer en el mundo entero). Mientras tanto, los pasquines K no pasan los cinco o diez mil ejemplares diarios.
-Hasta Guillermo Moreno pierde el apoyo del Procurador Righi y Luis D'elia descubre que es tan pianta-audiencia que ni los medios ultra K lo quieren poner al aire.
-Hugo Yasky paga muy caro su kirchnerismo, debiendo seguramente ceder en los próximos días el control de la CTA a Micheli.
-La senadora nacional de Santa Fe Roxana Latorre deambula contenta con CFK por Nueva York, pero no puede pasear sin custodia en Rosario, su ciudad, luego de haber traicionado al electorado opositor que la consagró el año pasado.
Hablando de la gran manzana, un dato para el final.
No se sorprendan si algún medio gráfico publica en los próximos días que en la misma avenida donde se hospedan hoy los Kirchner —Park Avenue—, aparece una propiedad muy difícil de justificar ya que no fue incluida en la declaración jurada de quienes muchos se imaginan.
Marcelo López Masia
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