Ayer, jueves 30 de diciembre, se hizo público un fallo donde la Justicia reconoció que Pablo Micheli debía estar al frente, al menos por ahora, de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). Es que un juez laboral rechazó una medida cautelar que había presentado su rival, el oficialista Hugo Yasky, para que se desconociera su asunción.
Hay que recordar que este último siempre ha negado su cercanía al calor del oficialismo de turno, lo cual quedó refutado ayer mismo a través de la oficiosa —y vergonzosa— agencia Télam. Allí, en lugar de reflejarse la noticia principal referida al fallo en sí, solo se referenció la bronca de Yaski.
El portal de la estatal entidad, puso como título al artículo de marras, una polémica declaración del saliente titular de la CTA: “Micheli pretende generar actos en nombre de una CTA que sólo reconoce él”.
Prosigue la agencia: "En un comunicado, el dirigente explica que la resolución de no dictar una segunda medida cautelar acerca de la ilegalidad de los comicios complementarios, convocados por Micheli, se debe a que 'esto implicaría adelantar la sentencia acerca del amparo presentado por los representantes legales del Secretario General de la CTA Hugo Yasky'."
Finalmente, la nota destaca que "el Juez Pablo Candal confirmó la legitimidad de Yasky para representar a la CTA hasta la sentencia definitiva, ratificando de esta manera la prórroga de mandato dictada previamente por el Ministerio de Trabajo”.
Como puede verse, una verdadera hijaputez por parte de una agencia que pertenece al Estado y no al Gobierno de turno.
No es la primera vez que Télam hace algo así, ni será la última vez que lo haga. En contra de todos los manuales de estilo de periodismo, la agencia suele hacer réplicas a artículos que nunca publicó, haciendo que el lector se pierda en el contexto de una información que jamás se brindó de manera completa.
Sin embargo, la desvergüenza tiene explicación: el titular de Télam, Martín García, admitió hace unas semanas a diario La Nación que prefería llenar esa redacción estatal de militantes K antes que de periodistas profesionales.
Con esas declaraciones, García demostró desconocer una premisa fundamental en la prensa: la información no nos pertenece, sino a los lectores.
Christian Sanz