El testigo es joven y de baja estatura. Tiene 25 años y es flaco, desgarbado. Se llama Gonzalo Pastor y habla con aparente seguridad. Aunque no se le conoce el rostro, desde hace unos días ha cobrado inesperada celebridad al asegurar que conocía el paradero del evaporado Julio López.
“Es un fiasco”, aseguraron diversos referentes de organismos de Derechos Humanos, aún antes de que sus indicaciones para encontrar al albañil resultaran un completo fracaso. Primero, el testigo habló de una “nueva construcción” en el parque Pereyra Iraola, dato que se demostró falso.
Luego, señaló vagamente ciertos puntos del mismo lugar que tampoco resultaron conducentes en la investigación de marras. Ello despertó puntuales suspicacias en los investigadores, quienes sospecharon desde un primer momento de una interna policial que se intentó "resolver" en el marco del expediente por la desaparición de López.
El malhumor oficial de estas horas, es descomunal. Y es lógico, ya que se han movilizado recursos, fuerzas de seguridad y hasta expectativas, en una empresa que resultó tan ineficaz como agotadora.
Por ello,
Sin embargo, en las últimas horas, tal vez para evitar quedar expuesto ante la opinión pública, el testigo aseguró que los investigadores no buscaron donde él supuestamente había dicho. "Yo dije que está debajo de la estación de tren del parque Pereyra Iraola (1)", asegura ahora Gonzalo, como si nunca se hubiera percatado de los lugares donde se hicieron los rastrillajes esta semana.
Y para echar más dudas, en plena entrevista televisiva, el testigo confesó cómo es que supuestamente tuvo acceso a la información sobre el paradero de López: "Tengo contacto con un individuo con el que mantengo un vínculo de confianza. En una conversación me hace llegar este dato. Él obtiene este dato de adentro de la (Policía) Bonaerense, por eso apunto a esa fuerza. Él me deja en claro que Julio López esta muerto y enterrado en la estación de tren del parque Pereyra Iraola".
Esa declaración, que revela una suerte de cotejo de datos por “carácter transitivo”, hace que las dudas emerjan aún con más fuerza.
Hay que recordar que Tribuna de Periodistas había planteado serias reservas sobre el testigo el mismo día que su declaración apareció en los medios.
Mientras tanto, como si algo le faltara a este culebrón, en la mañana de este viernes se presentó ante autoridades judiciales un nuevo testigo que aseguró recordar —¿repentinamente?— que hace unos cuatro años, cuando se produjo la desaparición de López, vio "movimientos extraños" en una zona cercana a donde se estuvo rastrillando hasta esta tarde. Más oportuno, imposible.
“Cosas vederes, Sancho, que non creyeres”, sostiene el Quijote de
Christian Sanz
(1) Por otro lado, suena inverosímil lo que dice el testigo respecto a que una persona pueda ser enterrada bajo la infraestructura de una estación de trenes.