Esta semana, agencia Télam publicó —¿por error?— un curioso despacho, que intentó ser una suerte de efemérides sobre el nacimiento de Cristina Kirchner. Allí, se calificó como “estafador” a Juan Carlos Blumberg y se le recomendó a la senadora Hilda Duhalde que trate “su complejo de inferioridad con un psicólogo”.
Más adelante, en el marco de la descripción de los estudios universitarios de la Presidenta de la Nación, se publicó: “Aclaramos porque nunca va a faltar el idiota que diga que no es abogada, casi tratando de establecer una analogía con el estafador Blumberg.”
Más allá de lo chocante del concepto —la calificación de “estafador” para con Blumberg es innecesaria—, es evidente que ese párrafo está dedicado a quien escribe estas líneas, quien no solo ha publicado que Cristina no es abogada, sino que lo probó en la Justicia. Veamos:
Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, titular del Documento Nacional de Identidad Nº 10.433.615, con domicilio en la calle Alcorta Nº 321 de la Ciudad de Río Gallegos, no está inscripta en el colegio público de Abogados de la Capital Federal ni en ningún Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires. En Río Gallegos, si bien no existe Colegio de Abogados, debería haberse inscripto en el Tribunal Superior de Justicia, lo cual no ha hecho jamás.
Para despertar más sospechas, tampoco está inscripta como abogada responsablemente "autónoma" ni como "monotributista", por lo que jamás pudo haber facturado en la profesión. Sólo aparece inscripta supuestamente como abogada en la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia bajo el Tomo 57 y el Folio 322, lo cual tampoco es muy claro, ya que nunca ejerció en dicho lugar.
En caso de no ser abogada y haber firmado como tal en Comodoro Rivadavia, estaríamos frente a un grave delito. Asimismo, si hubiese sido abogada cuando, junto con Néstor Kirchner, abrieron en el año 1976 un Estudio en Santa Cruz, tendría que haberse inscripto y hubiese firmado presentaciones, escritos o documentos referentes a la profesión. En ninguna causa tramitada en la Ciudad de Río Gallegos aparece Cristina de Kirchner como abogada.
En el mismo sentido, a pesar de la profunda búsqueda, este periódico no pudo encontrar a ningún compañero de graduación de la primera dama y menos aún testimonio alguno que certificara sus años de estudio después del tercer año de "cursada".
Para generar más sospechas, llama la atención que en el curriculum vitae personal de la primera dama en vez de decir que "se recibió de abogada en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales", dice que "cursó estudios de abogacía en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales".
Estos datos, junto a otros documentos y testimonios de funcionarios y autoridades de la Universidad de La Plata han sido presentados a la Justicia. No se trata solamente de una denuncia periodística, sino del eventual delito penal por usurpación de títulos y honores que prevé el Código Penal y en el que habría incurrido Cristina Kirchner,
En fin, podrían detallarse muchos más elementos que demuestran que Cristina no es abogada, pero eso sería motivo para otro artículo. Mientras, sería pertinente que algún funcionario oficial saliera a aclarar quién tuvo la infeliz idea de publicar un cable de tan mal gusto.