Nada nuevo bajo el sol. Cada vez que se aproxima un nuevo comicio electoral recrudecen las operaciones políticas y los hechos de dudosa calidad republicana se multiplican. Es algo a lo que el kirchnerismo nos ha acostumbrado a lo largo de sus años de gobierno. Basten recordar los casos de Héctor Olivera y su inexistente cuenta bancaria en el exterior, de Juan José Álvarez y la publicación de su legajo en la ex SIDE a través del pasquín Página/12 o la falsa denuncia contra Francisco De Narváez que culminó con la eyección del polémico juez acusatorio, Federico Faggionato Márquez.
El primer afectado en lo que va del año por este tipo de movidas —que abundarán de ahora en más y al menos hasta el 23 de octubre próximo— ha sido Pino Solanas, a través de una falsa acusación referida a quema de vagones en la provincia de Buenos Aires. Parece un chiste pero no lo es: Solanas, el mismo que se cansó de hacer documentales y alertar sobre el desguace de los ferrocarriles argentinos, habría salido graciosamente a la calle con un bidón de nafta a incendiar los mismos vagones que intenta proteger por otros medios. O se trata de un caso de esquizofrenia grave o el oficialismo se equivocó de responsable.
Como sea, el caso de Rubén "El Pollo" Sobrero es el paradigma de lo que viene. Se trata de un sindicalista ferroviario detenido merced a dudosa evidencia y que debió ser liberado en el marco de uno de los más vergonzosos actos que haya protagonizado
"Hace tres años que Aníbal Fernández me quiere meter preso", aseguró el sindicalista en las últimas horas, revelando algo que muchos intuyen pero pocos se atreven a decir en voz alta. Tiene que ver con la injerencia que ostenta el Poder Ejecutivo por sobre el Judicial.
Para agregar sospechas al asunto, el propio magistrado admitió que parte de la evidencia con la que contó a la hora de meter preso a Sobrero provenía de Inteligencia de
¿Qué dirá ahora Fernández, después de haber pasado el papelón de su vida, al haber asegurado con particular énfasis que había pruebas concluyentes contra el sindicalista ferroviario? ¿Ha sido casual que nadie en el Gobierno acompañara esos inoportunos señalamientos?
Lo que ha sucedido es de una gravedad institucional que abruma y muestra a las claras la fragilidad de un sistema político que carece de republicanismo, toda vez que el Poder Ejecutivo presiona a
En realidad, no hay casualidades en este tipo de cuestiones y tampoco debe perderse el verdadero foco del asunto a través del análisis de un caso en particular, como el de Sobrero. Sobre lo que hay que alertar en realidad es sobre la injerencia de la política sobre
Al kirchnerismo y sus seguidores les encanta jactarse de cómo se ha transformado a
En primera persona
Hace unos años, un mediático juez federal me condenó penalmente en el marco de una de las tantas querellas por calumnias e injurias que me suelen iniciar los funcionarios de turno, en este caso un ministro del kirchnerismo. Luego de informarme sobre la negativa sentencia, el magistrado me pidió disculpas y me confesó que le habían dado órdenes de "arriba" para hacerlo. Si bien fui finalmente sobreseído en segunda instancia, las palabras del juez nunca dejaron de repiquetear en mi cabeza. A partir de ese día, una pregunta se hizo recurrente en mí mente: ¿Qué seguridad republicana puede haber en un país si
En mi caso, la persecución se debió a mis incesantes denuncias por corrupción oficial; en el caso de Sobrero, al señalamiento que hizo sobre la figura de José Pedraza como autor intelectual de la muerte del joven Mariano Ferreyra. Ergo: ¿El precio de decir la verdad es tener que tolerar la persecución del poder?
Se insiste en un punto: hasta que las instituciones públicas no sean realmente independientes entre sí, no habrá posibilidad de hablar de equidad ni de igualdad social. Hoy, quien está alineado al Gobierno de los Kirchner tiene un tratamiento diferente a quien no lo está. Este tópico, hay que mencionarlo, crece exponencialmente cuando se trata de personas que se dedican al periodismo.
¿A qué se refieren los agoreros del kirchnerismo cuando juran que quienes se encuentran en Casa de Gobierno encabezan un gobierno progresista? ¿Con qué vara se mide la calidad y cualidad del progresismo oficial?
Peor aún: ¿Desde cuándo es de izquierda ser socio de Carlos Menem o aliarse a la oscura minera Barrick Gold? Por lo visto, la regla con la que se mide el progresismo oficial es de dudosa precisión. Allí, tienen más relevancia las simpatías que los hechos fácticos.
De lo contrario, ¿por qué un juez como Otilio Romano es defenestrado por haber sido colaboracionista de la dictadura militar y Raúl Zaffaroni no, cuando ambos se comportaron casi de manera idéntica, rechazando decenas de habeas corpus?
Concluyendo
Frente a semejante ataque al republicanismo, solo hay un dato que aporta tranquilidad: la torpeza oficial. El oficialismo es demasiado evidente en sus movidas y ello termina operando cual búmeran contra el propio poder.
Por caso, no bien fue detenido Sobrero, docenas de internautas salieron a alertar a través de las redes sociales que se trataba de la embestida contra un mero "perejil".
Si bien aún se conocía muy poco sobre el expediente que lo llevó a la cárcel, muchos presumían que su involucramiento era una mera venganza K.
Ello no ocurrirá jamás, es obvio. Solo baste recordar cómo se han comportado los funcionarios del oficialismo en situaciones similares ocurridas en el pasado más reciente.
No puede esperarse algo diferente en este caso puntual. La naturaleza del ser humano es algo intrínseco a su personalidad. Si alguien duda de ello, bien le vendría releer la fábula del escorpión y la rana.
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1