La embestida contra Mauricio Macri, anticipada por este y otros medios, empieza a tomar cada vez más cuerpo a través del ataque de los medios que conforman el interminable holding del kirchnerismo.
En realidad, el señalamiento mediático siempre es el preludio de lo que vendrá a nivel político, tal como ha ocurrido en su momento con Eduardo Duhalde, Elisa Carrió, Daniel Scioli, y otros referentes de la oposición. Todos han sufrido los embates de diarios y revistas alineadas al oficialismo, y después les vino el peso del Gobierno en sus diversas variantes.
En este caso, ha sido el turno del jefe de Gobierno porteño, una de las caras visibles de la disgregada oposición. El mero hecho de ser competencia al proyecto oficial en 2015, le ha valido el encono de Cristina y su séquito, aún cuando no parece ser un enemigo de temer, sino todo lo contrario.
Revista Veintitrés, del operador K todoterreno Sergio Szpolski ha publicado este jueves una polémica tapa donde el líder del PRO aparece vestido como un agente de la KGB soviética bajo una dura acusación: “Armó el espionaje telefónico, pidió elaborar listados de pibes y docentes que se oponían al cierre de cursos, habilitó un 0800 para denunciar la militancia estudiantil y ahora prohíbe y castiga la diversidad de opinión desplazando a seis docentes”. ¿No será mucho tan grande acusación?
Este portal ha cuestionado algunas de las incongruencias del macrismo, como la exageración de desplazar a docentes que hacían una parodia. Pero de ahí a decir que es parte de una “KGB” hay un trecho enorme.
Los problemas para Macri, hay que decirlo, recién empiezan: la Justicia apura expedientes judiciales que lo tienen bajo la mira —hay que prestar especial atención a los movimientos de la Sala I de la Cámara Federal porteña— y el nuevo frente que se ha abierto contra el mandatario está vinculado al sector educación.
No es casual a ese respecto que en las últimas horas desconocidos hayan robado información sensible del Ministerio de Educación porteño. No se trató de un hurto común, como repite Esteban Bullrich en estas horas. Nada de valor se han llevado de esa dependencia, solo memorias y discos rígidos de nueve computadoras que contenían datos sobre Juntas Docentes, la Unidad Ejecutora de Fondos Nacionales y el Programa Escuelas Verdes.
¿Estamos ante el preludio de una nueva denuncia por espionaje contra el macrismo? Es probable: se avecinan sensibles momentos electorales y es sabido que, en esa condición, todo es válido para el kirchnerismo.
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1