En las últimas horas, Amado Boudou se presentó ante la Justicia para explicar cómo fue su evolución patrimonial y la de su familia, según publica hoy diario Clarín.
Allí, el vice aseguró que la causa judicial en su contra es una especie de venganza de quienes “jamás perdonarán la osadía de nuestra Presidenta y de quienes sinceramente la acompañamos”. ¿Qué tiene que ver el dulce de leche con la Torre de Pisa?
Lo que debería explicar Boudou es cómo hizo para amasar la fortuna que ostenta, la cual empezó a hacerse visible a partir de año 2008, justo después de mostrar un fuerte acercamiento con Cristina Kirchner. Pocos saben a ese respecto que, a pesar de lo que gusta decir por doquier, hasta el 2006 el hoy vice era un hombre de poca fortuna y, por qué no, de poca suerte.
En Mar del Plata aún recuerdan a su madre luego de que se escapara dejando varios “muertos” en forma de cheques sin fondos y ayudara a quebrar empresas en las cuales figuró como directivo.
Insiste Boudou en su presentación: “Nunca tuve miedo de avanzar en aquellas medidas que fueran beneficiosas para el conjunto, tocaran los intereses que tocaran”. ¿Creerá Amado realmente las imbecilidades que dice? ¿Serán manotazos de ahogado frente al reclamo cada vez más fuerte de una amplia ala del Gobierno para que abandone el Gabinete de Cristina?
Quien escribe estas líneas es el autor de una de las denuncias que jaquean a Boudou en estas horas. ¿Alguien puede sospechar mínimamente que la motivación de este cronista pueda tener que ver con el intento de detener el supuesto “crecimiento de la igualdad social” y la inexistente “mejora republicana”?
¿No será más bien que Boudou es un forajido que no puede explicar cómo amasó su fortuna en apenas cuatro años? Oportunamente, Tribuna de Periodistas publicó las incongruencias entre lo que declaró el vice como patrimonio y los bienes que ostenta.
En un gesto de caradurez digno del más rancio menemismo, el funcionario aseguró en su presentación que sus explicaciones eran ofrecidas “con total humildad, y con la honestidad y simpleza con la que me dirijo en la vida”. ¿Se puede ser más hipócrita?
Hay que decir las cosas como son: Boudou es uno de los funcionarios más corruptos del kirchnerismo. Es el que más denuncias penales tiene en su haber —más de 60— y hasta el que más multas de tránsito ha sabido acumular en apenas unos meses. No es una cuestión de actitud ya, sino de ADN.
Es indignante que Boudou hable de sí mismo como si fuera una maestra jardinera, cuando hay pruebas de sobra que lo ponen contra las cuerdas. ¿Por qué promovió la eyección de jueces, fiscales y hasta del procurador Gral. de la Nación si es inocente?
Boudou es el símbolo mismo del fin del relato del kirchnerismo. Es el límite que no se atreven a cruzar siquiera los militantes más furiosos del oficialismo.
Mal que le pese a más de uno, su situación es indefendible… Su permanencia en el gabinete también.