Todo empezó tempranito en Bariloche, cuando tres supermercados fueron saqueados por medio centenar de personas encapuchadas, provocando una veintena de heridos. Luego empezaron a crecer rumores de situaciones similares en diversos lugares del país, generando una psicosis inevitable. ¿Puede ser casual que justo en el aniversario de los saqueos de 2001 ocurra exactamente lo mismo?
A media tarde fueron atacados dos supermercados chinos de la zona oeste de Rosario, generando algunas certezas y, al mismo tiempo, mayor incertidumbre. ¿Hay alguna cuestión política detrás? ¿Es casual que esto ocurra justo en una provincia que está enfrentada con el gobierno nacional? ¿Puede ser casual que justo en el aniversario de los saqueos de 2001 ocurra exactamente lo mismo?
Demasiadas preguntas para tan pocas respuestas. Sobre todo ante la siempre suspicaz llegada de fin de año, momento proclive para las teorías más descabelladas. Si fuera algo político, no cierra el hecho de que se haya armado una movida una zona como Chaco o Bariloche donde sus mandatarios —Jorge Capitanich y Omar Goye respectivamente— están claramente alineados con el kirchnerismo. ¿O no?
Como sea, la paranoia ciudadana no cesa: por caso, mientras estas líneas terminan de escribirse acaba de apagarse un intento de saqueo en Campana, provincia de Buenos Aires —unas 300 personas tomaron las inmediaciones del Hipermercado Carrefour, ubicado en Colectora Norte y Salk—, y los rumores de la misma situación en otros lugares del país se repetían en las siempre inquietas redes sociales.
Frente a este panorama los manuales de periodismo indican que debe actuarse con mesura y tranquilidad, no exacerbar emociones ya exaltadas per se. Aún no se sabe qué hay detrás de lo que sucede en estas horas y siempre las abuelas tienen razón: la desmesura es mala consejera.