El pasado lunes 19 de enero, la sociedad se estremeció como pocas veces luego de que se conociera el hallazgo del cuerpo sin vida de Alberto Nisman.
Ello, apenas horas antes de tener que presentarse en el Congreso Nacional a efectos de denunciar un supuesto acuerdo espurio que involucraba a Cristina Kirchner en el acuerdo con Irán por el atentado a la AMIA.
A partir de entonces, el gobierno mostró un desconcierto pocas veces visto: la propia presidenta de la Nación aseguró en un principio que la muerte del fiscal especial se había tratado de un suicidio, pero dos días más tarde aseveró todo lo contrario.
Al mismo tiempo, comenzaron a hacerse públicas las contradicciones entre los hechos fácticos relacionados al “episodio Nisman” y las declaraciones públicas de puntuales funcionarios.
A raíz de esto, ante la imposibilidad de tapar el sol con un dedo, el kirchnerismo comenzó a elucubrar sendos planes a efectos de desligarse de las inquietantes miradas de la ciudadanía. Esas que se muestran convencidas de que Cristina se encuentra detrás de lo sucedido con el fiscal.
Una de las estrategias la dio a entender la propia jefa de Estado —entrelíneas— esta semana, en su avanzada contra el ex director de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia, Antonio Stiuso.
En la cabeza de la mandataria, la situación es casi matemática: Nisman respondía a Stiuso; este a su vez motorizó —¿Y escribió?— la denuncia contra ella respecto del memorándum con Irán; finalmente, Stiuso y Nisman ostentaban excelentes lazos con la embajada de Estados Unidos e Israel.
Ergo, para Cristina existe una conspiración contra su gobierno por parte de ambas naciones, acompañada por ciertos medios de comunicación “opositores” y referentes políticos posicionados en la vereda de enfrente.
Aunque suene disparatado, para la presidenta todos ellos intentan dar un golpe institucional.
En tal sentido, no ha sido casual que los principales diarios oficialistas pusieran el foco en la cercanía del fiscal especial con Norteamérica.
Ciertamente, no es novedosa la estrategia de la presidenta, tan afecta a las conspiraciones y las victimizaciones.
Sin embargo, la otra versión que intentará instalar el oficialismo es aún más polémica: se tratará de imponer la idea de que Nisman era amante de Diego Lagomarsino, el joven que trabajaba con él y que le proveyó el arma con la que resultó muerto.
Los primeros esbozos de esta insólita hipótesis ya fueron instalados por el periodista Rolando Graña en su programa de canal América 24. No lo dijo con todas las letras, pero lo dio a entender claramente.
Lo que vendrá será justamente esa versión: se dirá que Lagomarsino hablaba a altas horas de la madrugada con Nisman y se dirá de manera insistente que reportaba a Stiuso de manera informal. Nuevamente, dos más dos son cuatro.
La hipótesis que no fue
Mientras el grupo Clarín, La Nación y otros medios no oficialistas avanzan en mostrar las contradicciones de la investigación por la muerte de Nisman, el gobierno intenta desviar la discusión y enfocarla en la controvertida figura del fiscal.
Baste prestar atención a las acciones del mencionado Graña, junto a otros periodistas alineados al kirchnerismo como Raúl Kollman, Roberto Navarro, Gustavo Sylvestre y hasta Horacio Verbitsky.
Todos ellos han calcado sus discursos y se encolumnaron detrás de un mismo objetivo: cambiar el eje de la discusión por la muerte de Nisman y enfocarla hacia su persona, incluso utilizando datos falsos.
Parte de esta operación también está asociada a la siempre oficialista agencia Télam, cuyos intereses se dejaron ver en las últimas horas a través de un curioso cable que luego fue “retocado”: “Vinculan a Nisman con el operador local de un ex agente de la CIA, involucrado en las escuchas ilegales del macrismo”.
Allí se mencionaban datos que fueron aportados por el periodista Juan Cruz Sanz… ¡a través de su cuenta Twitter! La crónica es imperdible:
El fallecido fiscal de la causa AMIA Alberto Nisman fue vinculado hoy con Eugenio 'Pipo' Ecke, "operador del ex CIA Frank Holder", quien fuera "investigado en la causa de las escuchas ilegales de Mauricio Macri", y también "Jefe de Seguridad del grupo Exxel, el grupo que se quedó con las empresas de Alfredo Yabrán", a través de Twitter de un periodista, , cuya cuenta ahora está cerrada.
Los twitts fueron replicados por el usuario Ariel Becker (elespectrook), que copió los mensajes de Sanz quien afirma que el automovil AUDI que utilizaba Nisman es "100% de la empresa Palermopack S.A.", cuyo dueño "es Fabián Aníbal Picon", a su vez "socio" de Ecke y con quien "comparten domicilio fiscal".
"¿Quién es Ecke? Jefe de seguridad del grupo EXXEL, el grupo que se quedó con las empresas de Alfredo Yabrán", sostuvo y completó: "Ecke está vinculado con el oscuro mundo de las empresas de seguridad privada y servicios de inteligencia".
Además, "Ecke y Navarro, grupo Exxel, fueron investigados en la causa de las escuchas ilegales de Mauricio Macri. ¿quién los investigó? Nisman", afirmó el periodista, al tiempo que destacó que el primero "fue señalado como el hombre que manejaba la empresa que contrató Franco Macri para intervenir los teléfonos de su yerno".
Y se preguntó: "¿Por qué Nisman, titular de la Unidad AMIA, utilizaba un auto de una empresa vinculada a alguien que investigó? Extraño".
Mencionó también a Ecke como "la cara visible en Argentina de Frank Holder, consultor en Latinoamérica de 'seguridad'", quien es "dueño de un imperio de seguridad privada en toda Latinoamérica", y conjeturó: "Nisman utilizaba un auto de un operador de un ex CIA. Raro".
Además, afirmó que "lo más extraño" es que "Picon, el dueño de la empresa del auto de Nisman", es "pareja de la hija de Anzorreguy jefe de la SIDE acusado de desviar la causa AMIA".
Pronto la mentira de Télam cayó como un castillo de naipes: fue cuando se supo que la hija del ex jefe de la SIDE no estaba casada con ningún Picón, sino con Alejandro Macfarlane.
A pesar del papelón, la agencia jamás pidió disculpas por el error ni publicó errata alguna.
Es todo un dato: significa que las barbaridades que se dirán en las próximas horas, en caso de demostrarse falsas, se sostendrán sin importar las consecuencias.
Como sea, habrá que prestar atención a lo que viene. Por lo pronto, Página/12 ya empezó este sábado a avanzar en su parte de la operación: bajo la firma de Raúl Kollman, la nota principal del diario plantea que Lagomarsino “todavía tiene que contestar muchas preguntas: sobre su trabajo, sobre Stiuso y sobre el vínculo con el fiscal muerto”.
Como dijo alguna vez Isaac Asimov, "vale la pena ser obvio, especialmente si eres famoso por tu sutileza". No es este el caso, por cierto.