Los que juran que Alberto Nisman fue asesinado, son los mismos que aseguran que la sede de la AMIA fue volada por una decisión de Irán y que hubo un coche bomba que lo permitió.
Los une un factor común: no han leído ninguno de los dos expedientes, ni el que investiga la muerte del fiscal especial ni el que indaga en la explosión ocurrida el 18 de julio de 1994. Apenas sí repiten lo que escuchan por parte de terceras personas.
Lo peor de todo es que descalifican a quienes sí nos tomamos el arduo trabajo de analizar las cientos y cientos de fojas de uno y otro caso. Es una verdadera falta de respeto.
Lo curioso es que, en ambos expedientes quienes se han dedicado a desviar la investigación con particular elocuencia, han sido los servicios de Inteligencia de EEUU e Israel. ¿Por qué será?
Como sea, aún hoy hay quienes insisten en decir que Nisman no tenía restos de pólvora en sus manos, lo cual fue refutado por el impecable peritaje que se hizo en Salta, con el aparato de barrido electrónico más moderno del país.
Allí, el perito químico salteño a cargo, José Luis Manzano, señaló que en una mano dio positivo en 69 partículas de plomo, bario y antimonio, y en la otra mano en 17 partículas.
NISMAN
— Sebastián Domenech (@domenech_news) 18 de enero de 2017
A 2 años de su muerte, la gente sigue creyendo que los peritos oficiales negaron la existencia de pólvora en la mano. Eso es falso.
También hay quienes persisten en decir que se alteró la “escena del crimen”, lo cual fue desmentido hasta por el perito de parte de Sandra Arroyo Salgado, Daniel Salcedo.
Incluso hay quienes todavía repiten como loros que la bala entró por detrás de la cabeza de Nisman, como dijo su exesposa ad infinitum. La siguiente fotografía deja en ridículo esa afirmación:
Lo más correcto hoy en día es decir que al fiscal lo asesinaron, y que fueron sicarios del kirchnerismo. Nadie se atreve a meterse con ese dogma, por temor a ser injuriado y calumniado.
No obstante, ¿cuáles son las pruebas de semejante afirmación? ¿Cuál es el elemento científico que lo demuestra?
El periodista Gerardo Young, uno de los pocos que leyó el expediente de marras y hasta escribió un libro ad hoc, advirtió: "Yo quiero vivir en un país en donde se pueda decir las cosas sin miedo; el resultado de la investigación, a dos años de la muerte de Nisman, apunta a que lo más probable es que se haya suicidado”.
Y añadió: "Lo señaló la autopsia que se hizo horas después dio como resultado que había sido un suicidio. Fue una autopsia realizada por el jefe de la morgue que depende de la Corte Suprema y fue monitoreada por el titular del Máximo Tribunal, Ricardo Lorenzetti".
Para que no queden dudas, Young recordó que los peritajes oficiales “fueron terminantes al decir que nadie había entrado al baño de la torre Le Parc salvo Alberto Nisman. No había ningún rastro de otra persona. Se habló mucho de la fecha de la muerte: Nisman murió el 18 de enero".
A su vez, indicó que "la fiscal Fein tuvo miedo de cerrar el caso como suicidio. Al igual que la jueza Palmaghini, que en cuanto pudo se sacó el caso de encima y Jaime Stiuso pasó a manejar la investigación en la Justicia Federal".
Mucho más podría decirse, pero no tiene sentido: aquellos que creen que fue un asesinato no cambiarán de parecer, aún cuando aparezcan más evidencias en contrario.
Lo sorprendente es que haya colegas que repitan como loros los dichos de Arroyo Salgado, refutados por el propio expediente.
Deberían recordar que se trata de una jueza puesta por capitostes de la entonces SIDE kirchnerista, que no vaciló en perseguir a periodistas y referentes sociales a pedido de Néstor y Cristina. ¿Cómo creerle ahora?
Sería fabuloso que el caso Nisman fuera como lo cuenta Arroyo Salgado, pero solo se trata de una conspiración digna de una novela de ficción. Así de simple.