Este miércoles, el servicio de mensajería Whatsapp dejó de funcionar por más de una hora. Para algunos —me cuento entre ellos— fue un alivio. Para otros, el fin del mundo.
Como sea, anoche mismo empezó a llover a mi celular una cadena falsa intentando explicar qué ocurrió con esa aplicación. Me la enviaron más de 50 contactos, por lo cual decidí bloquear a algunos de ellos.
Es tan, pero tan trucha, que me sorprende que exista quien la haya creído. Primero que nada, habla una supuesta directora de Whatsapp, una tal Karelis Hernández. Con solo googlear se puede comprobar que esa mujer no ocupa tal cargo.
Luego, la cadena advierte que “si usted no envía este mensaje a todos sus contactos de WhatsApp, entonces su cuenta permanecerá inactiva con la consecuencia de perder todos sus contactos”. ¿Se puede ser tan imbécil de creer algo semejante?
No es todo: el mensaje advierte que el servicio de mensajería “pasará a tarifa de pago a menos que seas un usuario frecuente”. Típica oración de toda leyenda urbana.
Por si fuera poco, la cadena dice que Whatsapp “está regalando 3.000 MB de internet y 25.00 bsf de crédito”. ¿Crédito de qué, si es gratis?
Ni hablar del hecho de que el mensaje ostenta muchísimos errores de ortografía.
En fin, a pesar de lo obvio, de que todo es falso, como cada una de las cadenas que se suelen armar en este tipo de situaciones, miles y miles de personas han reenviado estas tonterías en las últimas horas, generando una consecuente saturación y el malhumor de quienes reciben tal estupidez.
Aviso, por último: al próximo que me haga llegar tal estupidez lo bloquearé de por vida. He dicho.