Como publicó Tribuna de Periodistas hace unos días, la causa que investiga los aportes a Cristina y Cobos se encamina a juicio oral.
La justicia sospecha -y tiene casi del todo comprobado- que en ese trámite se blanqueó dinero de dudosa procedencia. Es una trama que se vincula con la ruta de la efedrina, la mafia de los medicamentos y el triple crimen de General Rodríguez.
Como sea, entre los complicados aparece el ex legislador Sebastián Gramajo, uno de los recaudadores de la campaña de marras y responsable político del Frente para la Victoria en el año 2007.
Se trata de un hombre que responde a Héctor Capaccioli, quien a su vez supo reportar -lo sigue haciendo- a Alberto Fernández. Ello explica el mutismo del hoy precandidato a presidente por el kirchnerismo junto a Cristina Kirchner.
En estas horas, todo es preocupación, ya que la justicia evalúa citar a Gramajo a declarar por esa causa y este último ya ha confesado a sus íntimos que está dispuesto a contar todo lo que sabe. Más por necesidad que por convicción.
Gramajo estaba destinado a una carrera política de excelencia: estuvo a punto de ser secretario de Culto de la Nación.
Sin embargo, ante el escándalo por los manejos irregulares de la recaudación de campaña, sus aspiraciones quedaron bien lejos.
El otrora secretario de Cultos Guillermo Olivieri, uno de sus padrinos, fue quien debió darle la mala noticia.
Antes, a fines de 2009, el propio Alberto Fernández compartió con él un viaje a España para tratar de calmarlo.
Le recordó entonces que Néstor Kirchner, con quien el propio Gramajo solía jugar al fútbol en la Quinta de Olivos, no se olvidaría de él.
De hecho, a cambio de su silencio, le "regaló" un puesto oculto en la ANSES, lugar privilegiado para un profesional con la experiencia en el manejo de "fondos irregulares".
Ahora, con Néstor fuera del mapa, sin trabajo fijo y la justicia golpeando su puerta, es probable que Gramajo revele todo lo que en su momento no se animó a contar.
Se trata de aquella luctuosa trama, que conjuga lavado de dinero, drogas, medicamentos adulterados, triple crimen de Gral. Rodríguez, aportantes fantasmas y hasta las valijas de Guido Antonini Wilson.