El viernes 5 de marzo de 2004 fallecía en extrañas circunstancias el periodista Juan Castro. Tenía 33 años y un futuro realmente promisorio: no sólo mostraba enorme éxito en la televisión, sino que sus proyectos a futuro eran reales diamantes en bruto. Horas antes había tenido una reunión laboral en la productora PyP Endemol, donde él se desempeñaba como gerente artístico.
Desde el momento en que cayó al vacío -el martes 2 de marzo anterior- hasta el día de hoy, se especula con diversas teorías acerca del por qué de la muerte del joven periodista. Algunos hablan de suicidio, otros hablan de asesinato y otros llegan al extremo de la conspiración.
Respecto a esto último, días después de la muerte de Castro comenzó a circular un insólito correo electrónico que aseguraba que todo se había tratado de un asesinato. En sus partes destacadas, el mail aseguraba que:
"Juan Castro estaba haciendo la producción para 'Kaos en la Ciudad' y estuvo haciendo gestiones en forma personal para tener como invitada a Cristina Fernández de Kirchner. Castro estuvo el último día de su vida en Presidencia de la Nación y en el Senado para lograr la presencia de la 'Primera Ciudadana'. Cuando llegó a la secretaría privada, el periodista fue interrogado por dos personas sobre la producción que pensaba hacer sobre Cristina Fernández de Kirchner. Con su habitual desenfado, Castro contestó que pensaba resaltar la sensualidad de la senadora y que pensaba hacerle preguntas picantes sobre sexo.
Las dos personas que recibieron a Juan Castro le reprocharon severamente al periodista sobre la tónica de su producción (...) lo que se transformó en una áspera discusión que terminó cuando Juan Castro les espetó que circulaba la versión de que existen fotos 'comprometedoras' de la senadora y que seguramente en el mismo Senado las iba a conseguir. La 'Primera Ciudadana' es informada del incidente y tiene un ataque de histeria. Se comunica con la Casa de Gobierno y hace tres llamados más.
Pocos minutos después ingresaron al loft de Juan Castro tres agentes de la Secretaría de Inteligencia que irrumpieron en forma agresiva preguntando por las fotos de Cristina Fernández de Kirchner. Los agentes de Inteligencia comienzan a revolver el loft y comienzan a sacar documentación lo que enloquece al periodista y empieza a forcejear con los incursores. Entonces Juan Castro recibe un golpe con un objeto contundente en la cabeza y es tomado por dos de los agentes de inteligencia que lo arrojan de cabeza por el balcón".
Como en toda difusión de un rumor, algunas partes del mail referido fueron ciertas y otras falsas. Entre las cosas ciertas, se sabe que Castro efectivamente estuvo negociando la entrevista con Cristina Kirchner y que su departamento estaba muy desordenado al momento de caer al vacío. Asimismo, perdura el insistente comentario de la existencia de fotos de la "Primera Dama" en situación comprometida con el senador Augusto Alasino que habrían sido sacadas por la SIDE (1).
Todo lo demás suena descabellado y poco creíble, pero merece ser investigado. No olvidemos que según el informe médico elaborado oportunamente por especialistas del Hospital Fernández, Castro cayó al vacío sin siquiera atinar a colocar sus manos para resguardarse de la caída, un reflejo inevitable de cualquier ser humano. "Lo más probable es que Juan Castro haya caído inconsciente desde el balcón de su casa. Si me preguntás a mí, yo te diría que alguien lo tiró adrede, no es usual que alguien se arroje de semejante manera", confió a este periodista un médico del referido hospital.
Este testimonio coincide con los dichos de los vecinos del periodista, quienes aseguran haber escuchado gritos y rotura de objetos en el departamento de Castro, minutos antes de que este cayera al vacío.
No me hagan daño
Según refieren algunos testigos, minutos antes de que Juan Castro cayera al vacío se lo escuchó decir: "No me hagan daño, no me hagan daño". Habría dos mujeres que lo escucharon y, aunque en otro contexto, el abogado de la familia del periodista, Pablo Jacoby, ratifica esta versión.
Jacoby cree que Castro estaba solo en ese momento y que fue víctima de un brote psicótico por una sobredosis. Oportunamente, quien escribe estas líneas tuvo una entrevista con el referido abogado, quien aseguró que "acá no hay nada del otro mundo. No creo en esas teorías conspirativas de que a Juan lo mataron".
Sin embargo, en una entrevista anterior, publicada en revista Noticias, Jacoby aseguró que "Juan era inteligente, si hubiera querido suicidarse, no se hubiera tirado de un primer piso".
Se sabe hoy en día que Castro era adicto a la cocaína desde al menos los 23 años de edad y que en sus últimos meses de vida consumía grandes cantidades de ese alcaloide. Esto sumado a una aparente sobreexigencia laboral por parte de Endemol, serían factores desencadenantes de la muerte de Castro para su familia. “Creemos que no es apropiado que una persona que necesita estar internada, según la opinión de los médicos, le programaran varios viajes laborales al exterior", opinó oportunamente el abogado Jacoby, quien investiga si Endemol presionaba a Castro laboralmente.
En sentido similar opinó una fuente consultada por este periodista, quien afirmó que "habría que investigar a Endemol, es una empresa internacional que está sospechada en otros países de lavar dinero".
Recordemos que hace unos años el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, investigó a los fundadores de Endemol, John de Mol y Joop van der Ende, por el traspaso de esta productora a manos de Telefónica por 4.790 millones de euros, una cifra que genera enormes sospechas.(2)
Drogas en el Congreso
Pocos días despues de morir Juan Castro, fue detenido un vendedor de drogas llamado Juan Alberto Pérez en las inmediaciones del Congreso Nacional, quien desde hacía 30 años trabajaba en el sector de expedición del palacio legislativo.
Las escuchas telefónicas efectuadas por la policía antes de detener a Pérez demuestran que Castro era su asiduo comprador de cocaína, junto a importantes personajes de la farándula vernácula. Desde la productora Pol-Ka, perteneciente a Adrián Suar, se hicieron infinidad de llamados y también son varias las comunicaciones que se hicieron desde el teatro San Martín. Pero lo más llamativo es la considerable cantidad de llamados desde Endemol, la productora para la que trabajaba Castro. Eso provocó la inevitable curiosidad de la fiscal Estela Andrades de Segura, quien pocos días después de la muerte del conductor, allanó el lugar en busca de pistas que echaran luz a la investigación.
"Muchas veces se ha visto a la Renault Scenic en la que Pérez usaba indistintamente las chapas 562 y 568 del Senado en las cercanías de las productoras Pol-ka, Ideas del Sur, Cuatro Cabezas y Endemol", dijo el mismo informante.
El día que fue detenido por una brigada de Drogas Peligrosas de la Federal, Juan Pérez tenía 12 "bochas" con quince gramos de cocaína y estaba "por venderle una cantidad no precisada del polvo mágico a Diego Martín Garbini, un empleado de la productora Pol-Ka, miembro del equipo de preproducción de la telenovela de 'Padre Coraje', que emite Canal 13", aseguró oportunamente revista Noticias.
Lo que creen los investigadores es que Garbini fue a comprar droga con dinero que se habría juntado en una "vaquita" hecha entre compañeros de trabajo y de la cual no estaría exento uno de los directivos más importantes de Pol-Ka, actualmente con un alto cargo en Canal 13.
"Hubo llamados de gente importante que pidió que no trascendiera el nombre de Garbini y que no se supiera donde trabajaba. Querían ver la forma de evitar el escándalo. Pero resulta que Garbini no había estacionado mal su auto, sino que estaba comprando la mejor cocaína que se puede conseguir en Buenos Aires. Y fue a comprar mucha droga, imposible que fuera sólo para él", aseguró un comisario encargado de la investigación referida.
Luego de esos llamados, extrañamente, Garbini fue dejado en libertad.
La delgada línea blanca
Los clientes de Juan Pérez tenían un importante factor en común: todos eran de muy buena posición económica, aunque algunos de ellos eran revendedores. A todos, sin distinción, les vendía no menos de quince gramos por transacción, cuyo costo ascendía a más de $200.
"Coya, estoy acá", era la frase que escuchaba Pérez desde su celular para bajar desde su despacho, en el tercer piso del edificio de la ex Caja de Ahorro, donde funcionan algunas dependencias anexas del Senado.
Padre de dos hijos, con esposa y amante incluida, Juan Pérez tenía una enorme casa en Sarandí -provincia de Buenos Aires- y un departamento en Monserrat que su sueldo de $1000 mensuales jamás pudo justificar.
Sus compañeros dicen que es un "buen tipo" Juan Pérez. De correcta presencia, trayectoria intachable y muy buena relación con varios legisladores con los que tenía trato diario, ya que solía llevarles correspondencia de todo tipo dada la naturaleza de su función.
Según contó oportunamente revista Noticias, la causa judicial comenzó con la investigación del tráfico de drogas "desde Jujuy hacia la ciudad de Buenos Aires. Enseguida apareció el nombre de Pérez y su insólito lugar de trabajo: el Senado. Por un lado, se busca determinar hasta dónde llegaba el grado de confianza que demostraba el supuesto dealer con algunos policías del Congreso. 'Era notorio cuenta un ex compañero de trabajo- ver cómo entraba y salía de acá saludando a los guardias y sin el menor control. Jamás pasaba por el arco de control metálico, por ejemplo'. La Policía busca a sus posibles cómplices: productores, proveedores y 'mulas' (los encargados de trasladarla)". Y avanza Noticias:
También se quiere saber si las llamadas detectadas de senadores y políticos a Pérez están relacionadas estrictamente con sus funciones de empleado o con la compra de droga.
Al empleado del Congreso lo venían filmando desde hacía por lo menos seis meses. (...) Juan Pérez, además, tenía una hermana en Jujuy, que sería empleada del Concejo Deliberante en la ciudad capital. Varias veces habían estado a un paso de detenerlo, pero resolvieron esperar para conocer más sobre sus contactos y su sorprendente cuadro de relaciones. 'En los últimos meses, hizo varios viajes a la provincia. De allá traía la cocaína y utilizando patentes blancas del Poder Legislativo, en este caso la número 568 del Congreso de la Nación, burlaba cualquier control', explica otro de los hombres que lo persiguió a sol y a sombra en cada viaje al norte argentino. En efecto, a Juan Pérez, parece, los clientes no le daban respiro. La demanda a su alrededor parecía desesperada y frenética. Eso se desprende luego de escuchar algunos de los tres mil llamados telefónicos que rastrearon los agentes de Drogas Peligrosas de la Federal a lo largo de los últimos seis meses, y que hacen a esta historia mucho más densa de lo que parece".
Concluyendo
El marco en el cual murió Juan Castro esconde una trama de drogas y poder que aún no ha llegado a su punto álgido. El narcotraficante detenido Juan "Coya" Pérez trabajaba en la sección "expedición" del Senado de la Nación, donde casualmente fue de visita Juan Castro horas antes de su muerte.
Hay muchas casualidades y todas deben investigarse. Una de las fuentes entrevistadas para este artículo aseguró que Pérez fue uno de los secuaces de Ramón Hernández durante la década menemista y que "trabajó" como puntero de Guillermo Cóppola en la venta de narcóticos.
Por eso y mucho más, los contactos del "Coya" deben ser oportunamente investigados, así como sus posibles protectores.
Más allá de que Juan Castro haya muerto accidentalmente -lo cual es poco creíble- o haya sido asesinado, hay una trama que aún no ha sido develada y que, de no resolverse, puede provocar otras muertes similares a la del joven periodista. No olvidemos que los personajes mediáticos de hoy son cada vez más permeables a la droga. Y el contexto en el que se mueven es siempre el mismo.
El mismo en el que, no casualmente, murió Juan Castro.
Christian Sanz
(1) Esas fotos han sido ofrecidas oportunamente a este periódico, pero no se aceptaron por no ser tema de interés periodístico, sino de estricto carácter privado. Se sindica como "autor intelectual" de dicha operación a Luis Barrionuevo.
(2) Telefónica compró Endemol en el punto álgido de la burbuja de la tecnología y telecomunicaciones, pero sus ambiciosos planes para la productora han decrecido a medida que la productora no ha sido capaz de producir programas tan populares como Gran Hermano.