Sin mencionar al grupo Clarín, este lunes Martín Sabbatella llevó adelante una extensa conferencia de prensa que arrojó un dardo tras otro contra ese mismo grupo, en el marco de la cercanía del 7 de diciembre y la eventual entrada en vigencia del suspendido artículo 161 de la denostada Ley de Medios. En sus más de dos horas de duración, el acto se refirió apenas 15 minutos para hablar del “plan de adecuación” de licencias y casi dos horas para presionar de manera indirecta a ese holding.
¿Hacía falta presentar públicamente a los 14 grupos que de manera voluntaria presentaron planes de adecuación? ¿No podía hacerse a través de una gacetilla o esperar a que se acercara aún más la fecha límite?
No hay dudas: el cometido del titular de la Afsca era el de presionar a Clarín sin medias tintas: "Hay dos maneras de adecuarse a la ley, voluntariamente o de oficio. Hasta el 7D es voluntario", advirtió. Lo hizo justo antes de anticipar que va a esperar “hasta el 7 de diciembre hasta las 12 de la noche". ¿Qué ocurrirá si Clarín no se presenta en ese lapso? ¿Cuál es el límite del kirchnerismo para llevar adelante sus planes?
Con gran tino, un periodista le preguntó a Sabbatella qué ocurriría si la Justicia le da la razón al holding comandado por Magnetto. Su respuesta fue tan elocuente como preocupante: "Se resuelva o no la cuestión de fondo, se aplicará la ley el 7 de diciembre”. Como puede verse, el ex Intendente de Morón seguirá los pasos de otros funcionarios del kirchnerismo que insisten en desconocer la independencia del Poder Judicial.
"Nos parece grave que alguien desafíe a la democracia”, dijo Sabbatella en su diatriba de más de dos horas de duración. ¿No cuestiona él mismo el republicanismo al admitir que desconocerá un eventual fallo adverso de la Justicia?
Dejando al descubierto su cometido, el titular de Afsca admitió: "Lo único que queremos nosotros es que se inicie la transferencia de oficio". ¿No era que esperarían a que todos los grupos presenten sus planes voluntarios? “Nadie puede creer que tiene coronita”, dijo Sabbatella sin dejar lugar a dudas hacia dónde iba dirigido su mensaje.
En el mismo acto, el funcionario dejó abierta la puerta para que los grandes conglomerados puedan violar la ley. Eso sí, desde la misma ley: "(Las empresas) pueden dividirse y crear nuevas empresas", dijo. Lo hizo luego de haber admitido que uno de los holdings más cuestionados, el grupo UNO —del siempre sospechado tándem Vila-Manzano— había presentado un plan de adecuación que preveía el traspaso de licencias a sus propios familiares. ¿Es ético que esto ocurra? ¿Se le permitiría llegado del caso a Ernestina Herrera de Noble transferir parte del grupo Clarín a sus hijos Felipe y Marcela?
Como puede verse, la ley no es pareja ni igual para todos, como insiste en referir Sabbatella. Ya lo dijo la vieja y querida Mafalda alguna vez: “Somos todos iguales, pero algunos son más iguales que otros”.