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Hace unos años, la propia Cristina Kirchner le pidió sin demasiadas vueltas que dejara de utilizar su furiosa cuenta de Twitter, al menos de la manera en la que lo venía haciendo. Héctor Timerman solo había logrado cosechar incesantes críticas, no solo por parte de referentes del arco político, sino también de gran parte de la sociedad.
Sus ataques e injurias a través de la red social más poderosa del mundo, supieron desentonar respecto de su cargo como diplomático y la Presidenta se lo hizo notar rápidamente. A partir de ese momento, la vida de Timerman en Twitter se volvió casi inexistente.
Muchos supusieron que, a partir de entonces, el funcionario se dedicaría de lleno a hacer su trabajo como Canciller. ¿Qué mejor momento para destacarse, justo cuando la gesta argentina por Malvinas lograba adhesiones en todo el mundo?
No obstante ello, Timerman hizo un trabajo alejado de la clara racionalidad que exige la diplomacia de su cargo y se empeñó en escalar verbalmente en una batalla que solo llevó a un retroceso nunca antes visto en el tema “Falklands”. La desconfianza que generó su insistencia, sumado a la ausencia de diálogo, llevó a que los ciudadanos de las Islas decidieran atajarse y hacer un referéndum acerca de su propia soberanía. Está claro cuál será el resultado.
La postal de la ausencia de acercamiento para con los kelpers, se dio ayer mismo cuando el Canciller rechazó públicamente abrir un canal de diálogo con Gran Bretaña después de que el gobierno de David Cameron intentara sumar a los representantes de los isleños a un posible encuentro en Londres. ¿A qué se debe el temor de Timerman? ¿Pensará que el mero diálogo es vinculante de las decisiones a tomar?
La excusa del funcionario respecto a que la invitación a los kelpers fue sorpresiva, fue refutada hace minutos por Gran Bretaña, al revelar que la Argentina conocía "desde el año pasado" que estos iban a ser invitados a la reunión que el funcionario mantendría en Londres junto al ministro de Relaciones Exteriores británico William Hague.
Es bien cierto que el planteo de los ciudadanos de las Islas es errado —hablan de un caso de “pueblo colonizado” cuando en verdad se trata de “territorio colonizado”—, pero ello no les quita legitimidad para opinar sobre una cuestión de la cual depende su propio futuro.
Y ahí es donde aparece una curiosa contradicción: la falta de diálogo mostrada por Timerman respecto al tópico Malvinas, no se ha visto reflejada de la misma manera en torno a la investigación por el atentado a la AMIA.
En esta última cuestión, el funcionario se ha mostrado dispuesto, no solo a hablar abiertamente con Irán, sino también a ceder soberanía judicial para avanzar en la indagación del luctuoso hecho ocurrido el 18 de julio de 1994.
Esto ha despertado las críticas de la colectividad judía en particular y gran parte de la sociedad en general. Por caso, la prestigiosa ONG Human Rights Watch expresó su temor a que la comisión que establecerán Argentina e Irán se convierta en un obstáculo para los procedimientos judiciales que están teniendo lugar en Buenos Aires.
El interrogante es harto pertinente: ¿Cómo pretender que un proceso que fue frenado por funcionarios iraníes durante tantos años pueda ahora encontrar viabilidad y logre encontrar finalmente justicia? Las dudas se acumulan al paso de los días, de manera directamente proporcional al escepticismo general.
Nadie sabe qué ha pactado el Gobierno con Irán ni por qué se ha cedido a un convenio tan lesivo para la Argentina. Solo está claro que nada positivo puede surgir de ese acuerdo.
Timerman lo sabe, al igual que los funcionarios de segunda línea que lo acompañan en su tarea diplomática. Ninguno desconoce que, tanto Malvinas como AMIA, son dos bombas de tiempo que terminarán por implosionar en sus despachos más temprano que tarde.
Cuando ello ocurra, es posible que el hoy verborrágico Canciller vea derrumbarse el último de los refugios que lo sostienen en su cargo.
Christian Sanz
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Mas alla de cualquier calificacion politica o social. No se porque razon de padres muy capaces y exitosos, salen hijos tan estupidos, fracasados y soberbios. Habria que estudiar el tema porque se repite demasiado la formula que describo.
En la que te metiste Hector!!!! Sobre el comentario de Ironics, me inclino a pensar que mucha responsabilidad está en los padres. A veces, el ser muy capaz y exitoso, resta feeling o empatía en la comunicación padre-hijo.
Rezha Palevi, creo que el problema es que muchos hijos en vez de superarse, toma prestado y hace propio lo logrado por su padre. Otra caso parecido es el de Macri.
En el acuerdo con Irán, a ser refrendado por el Congreso, ARGENTINA NO CEDE NINGUNA SOBERANÍA. Los que salen con esta falacia es porque quieren boicotearlo para que la causa siga en la VÍA MUERTA que está por pedir deliberadamente a Irán lo imposible de cumplir(por ellos y por cualquiera): que entregue a sus funcionarios falsa e instantáneamente acusados por su enemigo Israel que se lo impuso a "nuestros" débiles gobiernos(a todos) como "hipótesis" única y excluyente a seguir, A LIBRO CERRADO(y esposados y con un moñito). La que cede SOBERANÍA Y JURISDICCIONALIDAD ES IRÁN al permitr la participación de LA COMISIÓN DE LA VERDAD en el establecimiento de si corresponde o no la extradición pedida por Canicoba Corral para INDAGAR como acusados a 6 de sus residentes, lo cual es exclusiva competencia de su justicia. Como lo fue de la de Gran Bretaña, en la frustrada extradición de ahí POR FALTA DE PRUEBAS del ex-emba Soleimanpour en 2003.
Que tal Christian como innumerables veces estoy de acuerdo con tu criterio y valoro y comparto tus investigaciones en este caso no estoy de acuerdo con lo planteado con el tema Malvinas-Kelpers. Todos los que nos dedicamos a las Relaciones Internacionales entendemos y sabemos que sentar en la mesa de discusión sobre el tema Malvinas a los Kelpers es un grave error. La discusión debe ser llevada a cabo entre los dos países en litigio bajo convenciones de Naciones Unidas. Los habitantes de las islas nada tienen que hacer en la mesa de negociación, ya que una inclusión desencadenaría en un nuevo conflicto posterior que es lo que quiere Gran Bretaña, el de incluir a los Kelpers como parte necesaria y de opinión. En esto la diplomacia argentina, increíblemente se ha mostrado constante, ya que sentarlos en la mesa es un retroceso del que no se vuelve. No hay que olvidar el carácter que tenemos que darles a los kelpers, por más que muchos hayan nacido y muerto en las islas ellos son usurpadores de un territorio extranjero.