No hay que mentirse: el país está en un momento complicado, con el dólar creciendo sin cesar, la inseguridad incrementándose a diario y la inflación descontrolada como pocas veces. Ello en el marco de un gobierno que no atina a hacer lo mínimo para ordenar la situación.

Ante este panorama, los canales de televisión solo ayudan a desinformar; unos por pecar de oficialistas y otros de opositores.

En ese contexto, aparecen dos argentinas claramente contrastables: una es la que muestra C5N y la otra es la que refleja Todo Noticias (TN).

En el primero de los canales, no aparecen datos vinculados con los principales problemas locales, ni las denuncias que semanalmente se hacen contra funcionarios del Estado.

En el segundo, ello aparece de manera exacerbada, multiplicando su efecto y generando un círculo vicioso.

Este jueves, por caso, la pantalla de TN estuvo casi excluyentemente dedicada a hablar sobre el dólar y su escalada allende los $8. Ello y la temperatura cercana a los 45 grados de sensación térmica fueron parte de un continuado informativo del canal de Ernestina Herrera de Noble.

Nadie discute que la cotización de la divisa que mueve la economía vernácula es parte de los temas que más interesa a los argentinos. Sin embargo, ¿es necesario hablar sobre ello durante dos horas seguidas, insuflando el tema a niveles hiperbólicos? ¿En qué ayuda que esto ocurra? ¿A quién beneficia?

La economía es casi una pseudociencia, que se mueve sobre la base de la confianza de los ciudadanos de un país, cualquiera que fuere. Cualquier estudiante de economía de primer año sabe que el banco más sólido puede quebrar si un rumor hiciera creer a sus clientes que están a punto de perder sus ahorros.

Con el dólar ocurre algo similar. Si bien la mayor parte de la responsabilidad por la escalada de esa divisa le cabe al gobierno, hay una insistente exacerbación por parte de ciertos medios de prensa respecto de su cotización creciente. ¿No es acaso lo mismo que pasó durante el gobierno de Fernando de la Rúa con el “riesgo país”? ¿Quién se benefició con lo sucedido en esos lejanos días de 2001?

Es curioso que un canal como TN, que supo callar durante cinco años los actos de corrupción del kirchnerismo, aparezca ahora como adalid del periodismo independiente.

En esos días, el CEO del grupo, Héctor Magnetto, almorzaba con Néstor y Cristina, y gestionaba rentables negocios para sí mismo y su jefa. Siempre en detrimento de la sociedad, que terminaba desinformada.

En esos días, TN se regodeaba hablando de la “inclusión” social, el crecimiento económico y hasta el progresismo de los Kirchner. Jamás se ocupaba de hablar del dólar, la corrupción, la inseguridad, ni nada que se le parezca.

Así juega Clarín, es oficialista cuando le conviene y opositor cuando no le queda otra. Es un medio que opera mejor que cualquier grupo político o económico, que supo “voltear” ministros y secretarios a lo largo de su existencia —basta preguntarle al ex titular de Economía Jorge Remes Lenicov al respecto— y que llevó al periodismo a su nivel de degradación más bajo.

Ahora, cuando se acabaron los negocios y el gobierno muestra la típica debilidad del fin de su propio ciclo, Clarín se vuelve opositor al extremo y juega a la semántica al autodenominarse “independiente”.

El gobierno de los Kirchner ha hecho un gran daño al país en sus once años de mandato: Néstor y Cristina saquearon la Nación a más no poder e instalaron una matriz de corrupción que será muy difícil de desmantelar. Cooptaron a jueces, fiscales, opositores y periodistas. Nada dejaron en pie.

Ello no habilita a que Clarín actúe de la manera en que lo hace. El fin nunca justifica los medios.

El periodismo debe ser periodismo, solo eso. Debe hacer su trabajo con humildad y honestidad. De lo contrario, se transforma en un contrapoder que comete los mismos excesos que el poder que intenta desenmascarar.

Cuando ello ocurre, se termina desvirtuando lo que debe ser algo tan simple como la mera tarea de informar.

Christian Sanz
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