“La minería es como la promoción industrial hace 20 años. Perdimos la promoción industrial y hoy la provincia de San Luis es más rica que Mendoza”. La frase la pronunció hace poco más de 10 años uno de los empresarios más relevante del país, Enrique Pescarmona.
Fue en el contexto del coloquio de IDEA, donde aconsejó impulsar la minería en Mendoza e instó a “seguir el ejemplo de los sanjuaninos”.
En vista de lo ocurrido en la última década, está claro que Pescarmona no se equivocó en absoluto. ¿Cómo es posible que nadie lo haya escuchado? ¿Por qué se sigue sin actuar en consecuencia? Las preguntas son casi retóricas, pero inquietan. Y mucho.
Sin embargo, parece que algo está por cambiar, o al menos es la intención del gobierno de Mauricio Macri, que se ha decidido a convertir al cobre en la nueva vedette de la economía que viene.
No se trata de una especulación periodística, sino de una verdad concreta y concisa que fue confirmada al Post por fuentes de la Subsecretaria de Desarrollo Minero de la Nación, a cuyo frente se encuentra Mario Capello. Por arriba de él está el secretario de Minería, Daniel Melián y, sobre él, el mismísimo Juan José Aranguren.
Como sea, reposa en el escritorio de Macri un documento que fue elaborado por el equipo de economistas de esa cartera y que será mostrado por el propio presidente en la feria minera de Vancouver. Allí, como se dijo, el cobre será leading case del impulso que busca dar el macrismo.
En tal contexto, promisorio acaso, avanza una inevitable pregunta: ¿Qué papel le tocará jugar a Mendoza en el panorama minero que imagina Macri a futuro?
No es un interrogante menor: esta provincia tiene un potencial en cobre que es superior al de San Juan y otras provincias. “Imaginate que en el mismo pedazo de cordillera que compartimos con Chile ellos exportan U$S 10 mil millones y acá cero. Está claro que es el único game changer que tiene Mendoza”, dijeron desde el Ministerio de Economía a este periodista.
Ciertamente, los funcionarios del oficialismo ya saben que Neuquén y San Juan van a explotar de inversiones, pero esta provincia, al igual que Chubut, enfrenta un escollo que parece insalvable: la Ley 7722, que limita al extremo la actividad minera.
No obstante, los mismos referentes juran que hay proyectos que se pueden hacer cumpliendo la normativa vigente. “Hay que dejar de discutir lo que no se puede y apuntar a lo que se puede”, advierten.
Gráficos y algo más
Si la cuestión teórica suena interesante y prometedora, más aún lo son los datos duros, aquellos que se basan en estadísticas y mediciones similares.
El primero de ellos, parte del documento que presentará el macrismo en Vancouver, refleja los lugares donde hay potencial minero respecto del cobre. Mendoza, como puede verse, aparece destacada.
La siguiente imagen es la que refleja la ubicación de los proyectos de cobre en etapa avanzada en Argentina.
Ahora, es hora de ver qué ocurre con los países vecinos, como Chile y Perú, cuyas economías han florecido gracias a la exportación de ese mismo mineral.
Nótese, de acuerdo al siguiente gráfico, que los chilenos agregaron 7.500 millones de dólares en exportaciones anuales entre los años 2000 y 2016.
En Perú la situación es aún más elocuente. Allí se agregaron 8.300 millones de dólares en el mismo período:
Luego de lo antedicho, resta comparar la capacidad instalada de ambos países con la Argentina. Es una imagen que realmente vale más que mil palabras:
Lo aquí referido explica por qué el gobierno quiere impulsar el debate sobre la minería, en un contexto en el cual el déficit de las cuentas externas aprieta como una tenaza sobre la economía.
Es una discusión que tendrá su correlato en Mendoza y que, cuando ocurra, deberá estar desprovista de todo dogmatismo. De un lado y del otro.
¿Cómo es posible que otras provincias estén aprovechando los beneficios de esta actividad mientras que los mendocinos miran la situación desde la tribuna? Esa es la pregunta que deberían estar haciéndose propios y ajenos ahora mismo.
Como bien dijo un alto funcionario a quien escribe estas líneas, "en minería hay que remontar el 0-10, que es un gol por cada año perdido".