Ayer nomás, a través de una escueta conferencia de prensa y sin posibilidad de repregunta, Mauricio Macri inquietó a propios y ajenos al anunciar la decisión de solicitar al Fondo Monetario Internacional (FMI) una "línea de apoyo financiero para la Argentina" ante las condiciones "más complejas" que existen a nivel internacional y con el objetivo de actuar "de manera preventiva" y evitar una "gran crisis económica".
Según el presidente de la Nación, la medida permitirá "fortalecer este programa de crecimiento y desarrollo, dándonos un mayor respaldo para enfrentar este nuevo escenario global, y evitar crisis como las que hemos tenido en nuestra historia".
Aunque no lo mencionó con todas las letras, el jefe de Estado se refería a la implosión que se dio en el año 2001, durante el gobierno de Fernando de la Rúa. Es un momento trágico de la historia argentina con el que suelen comparar a su gobierno, algo que Macri detesta.
A partir de entonces, se generaron todo tipo de especulaciones respecto de cuál es el trasfondo real de la decisión tomada. ¿Tan mal se encuentran las finanzas para tener que llegar a semejante extremo o, como dice el propio presidente es solo cuestión de dar un shock de confianza para mejorar puntuales indicadores?
La mayoría de los economistas que pulularon por los programas de televisión este martes no se ponían de acuerdo a ese respecto. Los unos trazaron un panorama devastador; los otros, intentaron poner paños fríos a la cuestión. Tribuna de Periodistas consultó a algunos de los principales especialistas.
Por caso, el “libertario” Javier Milei vaticinó que “esto termina con una piña, con una crisis de endeudamiento… con un nuevo default”.
A la hora de evaluar la situación, José Luis Espert dio un particular punto de vista: "La calle se opone a un acuerdo con el FMI. Yo también. Pero la calle porque cree que el ajuste solo lo pide el FMI, el maldito de la película. Yo me opongo porque el ajuste lo tenemos que hacer sí o sí y que esté metido el FMI solo será para culparlo, otra vez, de nuestros errores".
A su vez, Roberto Cachanosky explicó la situación de la siguiente manera: "Es como que el gobierno dice 'si no creen que tengo suficientes reservas acá tengo al Fondo para que se calmen. Tengo un prestamista de última instancia". Y añadió: "Ese prestamista no te va a garantizar nada si no hacés una serie de reformas".
Por su parte, Fausto Spotorno, Director del Centro de Estudios Económicos de OJF, llevó tranquilidad: “Me parece que es la mejor opción que tenía el gobierno hoy”.
El economista añadió: “Si el oficialismo iba jugar esa carta tenía que ser ahora. El año que viene no podía y se ponía muy en riesgo el financiamiento para la campaña”.
Por lo pronto, aún no está del todo claro cuál será el pedido concreto que hará el gobierno al FMI
De acuerdo a lo publicado hoy por diario El Cronista Comercial, por los dichos de los funcionarios, de las tres opciones posibles "se iría por la de 'precaución y liquidez', sujetos a exámenes semestrales. A dos años, serían unos u$s 25 mil millones, 500% la cuota del país". Por ahora, solo especulaciones.
Entretanto, Elisa Carrió aseguró anoche que todo lo sucedido —corrida mediante— fue parte de una conspiración opositora. Nada que lo sustente, al menos todavía.
En lo que coinciden propios y ajenos es en dos cuestiones: primero, el fracaso del gradualismo —respecto de lo cual, lo ocurrido en los últimos días sería un síntoma claro—; segundo, el grueso error de Macri de no dar especificaciones de cómo encontró al país apenas asumió la primera magistratura, en 2015. La consabida "herencia recibida".
Mientras un sector del gobierno busca echar culpas sobre la figura del jefe de Gabinete, Marcos Peña —considerado una suerte de "monje negro" detrás de las decisiones clave de Macri— hay quienes se preguntan si esta misma bomba le hubiera explotado al peronismo de haberle tocado estar en el poder.
Sea cual fuere la respuesta, en el gobierno anoche permanecían inquietos ante una frase pronunciada por la propia Carrió, que podría tener más de una interpretación: "Basta de ser buenos, basta con los globos".