Ciertamente, no debería sorprender, porque el neo kirchnerismo ya ha hecho gala del gesto de convocar a exreferentes que supieron ocupar cargos de relevancia en las primeras gestiones K.
Muchos de ellos, severamente cuestionados, como Claudio Moroni, Felipe Solá, Agustín Rossi, etc.
Respecto de este último, que hoy ocupa nuevamente el cargo de ministro de Defensa de la Nación —ello a pesar de haber “perdido” un misil en su gestión anterior—, hay un dato que sorprenderá a propios y ajenos.
Refiere al eventual regreso de Nilda Garré, quien también supo ser titular de esa misma cartera durante la presidencia de Néstor Kirchner, a partir de diciembre de 2005.
Ahora, en esta nueva etapa, la otrora ministra de Seguridad de Cristina sería designada al frente del
Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF), cuya titularidad ostenta en estas horas Pablo Guillermo Bolcatto.
Es parte de los cambios que vienen en esa Cartera, cuya nueva estructura se discute en estas mismas horas.
Lo mismo ocurre en el Ministerio de Seguridad, donde hay un fuerte apriete hacia los empleados de la gestión macrista, a los que se intenta eyectar a través de oportunos sumarios administrativos.
Lo curioso es que nada se hará respecto de Eduardo Villalba, designado como secretario de Seguridad y Política Criminal a pesar de estar sumariado por facturas “truchas”, tal cual se reveló en exclusiva en esta nota del 23 de enero.
“De Villalba nos apretaron diciendo que no se puede sumariar a un subsecretario”, reveló a este cronista una importante fuente del Ministerio de Seguridad.
Volviendo a Garré, es curioso que se haya decidido optar por su persona, en virtud de los polémicos antecedentes que acumula. Por caso, ha sido la cara visible del escándalo de espionaje kirchnerista conocido como “Proyecto X”.
A su vez, en 2013 fue denunciada judicialmente por un exfuncionario que supo trabajar con ella en Seguridad por presunta connivencia entre el ministerio a su cargo, bandas narcos peruanas y la Policía Federal en el marco del tráfico de drogas en la villa 1.11.14.
Se trata de Jorge Rodríguez, especialista en tráfico de estupefacientes, quien envió inclusive una carta a la entonces presidenta Cristina Kirchner dando detalles de cómo Garré sería parte de esa estructura.
“Tengo todo tipo de elementos que permitirían demostrar la connivencia de Garré y sus adláteres con la corrupción policial –analicé 19 de las 53 comisarías de PFA-, con el narcotráfico peruano –territorio liberado de la villa 1.11.14- y con la venta de sustancias en Constitución, Once y Flores. Entre esos elementos incluyo 235 informes elevados a Garré y unas 1.500 fotografías buena parte tomadas en distintas villas y hasta en la ciudad de Lima”, sostiene Rodríguez en su misiva.
Y allí mismo aclara: “Trabajé con la sra. Garré en el Ministerio de Inseguridad durante dos años y cuatro meses, a partir de lo cual denuncié a la misma y sus principales colaboradores en el Juzgado Federal nº 2”.
En virtud de lo antedicho, ¿por qué Cristina decidió pedirle a Alberto Fernández que se designe a Garré en un cargo tan relevante, en un lugar donde se instruye a los empleados de Defensa? ¿Será acaso el regreso del espionaje K? Más aún, ¿volverá la permisividad para con el narcotráfico?
Por ahora, aunque inquietantes, son preguntas sin respuesta.