Carlos Castagneto. Ese es el nombre que hay que rastrear a la hora de entender la trama de sobreprecios en el Ministerio de Desarrollo Social, aquella que reveló el editor General de Tribuna de Periodistas, Carlos Forte, y que luego escaló a los grandes medios.
Es un culebrón que va más allá de lo que ocurrió en los últimos días. Ayuda, más bien, a entender cómo y quiénes fueron pergeñando el sistema que hasta el día de hoy permite hacer adquisiciones de bienes y servicios a precios superiores a los del mercado.
Allí aparece la figura de Castagneto, un hombre multimillonario que actualmente ostenta el estratégico cargo de director General de la Dirección General de los Recursos de la Seguridad Social.
En sus comienzos, el tipo era todo un jugador. Literalmente: se desempeñaba en la posición de arquero en varios equipos de Argentina y de América Latina.
Luego, en 1993, llegó a ser coordinador de gestión del Instituto de Menores de la provincia de Buenos Aires y, más tarde —en 1995—, director general de administración de la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación. Allí logró empaparse de la metodología que una década después se iría perfeccionando en esa cartera a efectos de llenar bolsillos propios y ajenos.
El turno de tener verdadero poder le llegó en 2002, cuando fue designado subsecretario de Coordinación del Ministerio de Desarrollo Social.
Acto seguido, en 2003 —con la llegada del kirchnerismo al poder— logró tocar el cielo con las manos cuando logró copar el cargo de secretario de Coordinación y Monitoreo Institucional del mismo ministerio. Lo hizo hasta 2015.
En el medio, en 2010, logró ser uno de los fundadores del partido Kolina —Corriente para la Liberación Nacional—, una agrupación que nació dentro del Frente para la Victoria. Allí también supo abrevar su jefa, Alicia Kirchner.
Como es de suponer, el dinero "negro" para sostener la militancia de esa agrupación provino de Desarrollo Social. Por eso, no es casual que todos los popes de Kolina provengan de tal ministerio, incluso Daniel Arroyo, quien, amén de quedar salpicado por los sobreprecios de estos días, ya estuvo implicado en un escándalo en 2008 por la comercialización de leche que era para asistencia a gente con pocos recursos.
La metodología fue pergeñada justamente en esos días. Entonces, media docena de referentes de Kolina lograron “afilar” el método del choreo a través de sobreprecios y sobrefacturación, todo ello acompañado por el uso de facturas “truchas”.
Una digresión: pocos saben que uno de los que les “vendía” documentación apócrifa era el ex jugador de futbol Fernando Gastón Cordoba, a quien le pagaban un 15 % por cada orden de compra.
Parte del engranaje es Cecilia María Lavot, “amiga” personal de Castagneto y que hoy aparece en el foco del escándalo por ser quien autorizó el pago de la polémica compra en Desarrollo Social. La mujer es abogada y supo ser apoderada de Kolina.
Otra parte de la misma maquinaria es María Cecilia "Chachi" Velásquez, actual presidenta del Consejo de Educación de Santa Cruz. El cargo no es azaroso: es la persona que maneja toda la plata del sistema educativo de esa provincia y, a su vez, es persona de extrema confianza de Alicia K.
Para conocer la reputación de Velásquez hay que saber que en julio de 2016 la Oficina Anticorrupción presentó una denuncia en su contra por irregularidades en el manejo del “fondo rotatorio” del Ministerio de Desarrollo Social.
A su vez, comparte con Lavot una denuncia judicial que fue elevada a juicio por usar facturas “truchas” en la misma cartera.
¿Alguien puede creer que todo lo antedicho es solo una coincidencia? ¿Se puede ser tan pueril de considerar que aquellos que robaron en el pasado fueron ahora puestos en lugares de relevancia en Desarrollo Social para hacer algo diferente que lo que ya supieron hacer con eficacia?
No se trata solo de lo que se descubrió esta semana, hay otros sobreprecios latentes, compras que están “a punto caramelo” en más de 1.000 contrataciones directas que el gobierno tiene activas actualmente (ver al pie). Las dio a conocer la exministra Patricia Bullrich en su cuenta de Twitter.
¿Estará al tanto Arroyo de esta situación o dirá, una vez más, que no sabía nada de nada, como hizo en 2008 y como reiteró ahora? Más aún: ¿Se desactivarán esos potenciales “negociados” y se transparentará de una vez y por todas el sistema de compras argentino?
“Es improbable que ello ocurra, porque es parte de la plata que sostiene la militancia política bonaerense”, le dijo a este portal un funcionario de segunda línea de Desarrollo Social esta misma semana.
Y dejó una frase que intentó sintetizar todo: “Daniel Arroyo es Alicia Kirchner, es Chachi Velázquez, es María Luján Salgado, etc...”.
Presidente, a continuación le dejó más de 1000 contrataciones directas que el gobierno tiene activas en este momento. Que el control empiece por el gobierno para evitar nuevos sobreprecios. Link de descarga: https://t.co/OwdbMU9LiU pic.twitter.com/AShWr7gqR2
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) April 8, 2020