Este 7 de mayo del corriente, fue designado en el cargo de embajador argentino en Israel el señor Sergio Daniel Urribarri.
Se trata del ex gobernador de la provincia de Entre Ríos, cuya figura quedó enroscada en tramas de corrupción, narcotráfico y otras yerbas. Quien lo dude solo debe usar el buscador de Tribuna de Periodistas, portal que lo investiga desde hace 15 años.
Resulta ser un hombre de gran confianza de la vicepresidenta Cristina Fernández, dicho sea de paso, su nombre empezó a figurar a fines del 2013 como posible candidato presidenciable sucesor de CFK.
Incluso, el 25 de junio del 2019, día en el que la expresidenta debía presentarse a la audiencia del juicio oral y público en el cual es juzgada como jefa de una asociación ilícita destinada a favorecer a Lázaro Báez, la excusa que ésta esgrimió para no acudir fue que tenía una reunión con Urribarri.
Dicha reunión podría haberse dado en cualquier momento, entonces ¿Por qué ese día y en ese horario? Todo apunta a que Urribarri le hizo el favor a la otrora jefa de Estado.
Tambien puede mencionarse que al momento de intentar sacar la estatua del ex presidente Néstor Kirchner de la sede de Unasur en Quito, Ecuador, un grupo de chupamedias se encontraba cantando “somos la gloriosa juventud peronista”.
Entre los presentes se encontraban la propia Cristina, el presidente Venezolano Nicolas Maduro, Carlos Zanini, Hebe de Bonafini y, cómo no, el propio Urribarri.
Pero, más allá de sus vínculos con Cristina, el hoy embajador designado es dueño de una trama truculenta vinculada al tráfico de estupefacientes, la corrupción y delitos de índole delicada.
Por caso, en agosto del 2014, mientras Urribarri se encontraba la frente del Ejecutivo de la provincia de Entre Ríos, se conoció que habían sido encontrados 20 kilos de cocaína en uno de los autos oficiales.
El protagonista fue Marcelo Alejandro Acosta, quien manejaba uno de los coches oficiales del entonces gobernador. Sin embargo, lo más curioso es que el hecho en sí aconteció en mayo de ese año pero, luego de ciertas tratativas direccionadas a ocultar lo ocurrido, se conoció tres meses después el hallazgo de la droga.
Como si fuera poco, por estas horas tiene una causa abierta por el presunto desvió de fondos públicos hacia terceros. Entre los beneficiados por esta maniobra se encuentra mencionado un cuñado del protagonista de este artículo, Juan Pablo Aguilera.
Otro que se encuentra en problemas por ese expediente es el otrora ministro de cultura de Entre Ríos Pedro Báez.
Urribarri y Báez están acusados de los delitos de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública, peculado y fraude a la administración pública, por el desvío de 24,2 millones de pesos.
Los hechos por los cuales se encuentran investigados ocurrieron entre 2010 y 2015, y refieren a las contrataciones directas de publicidad oficial, que habrían sido direccionadas en favor de la empresa de un familiar de Urribarri.
Pero no es el único de los Urribarri con problemas con la Justicia, por caso, el hijo del personaje señalado en esta nota, Mauro, se vio envuelto en una trama de violación y trata de personas.
En abril del 2015, la monja Martha Pelloni, quien había cobrado gran relevancia durante la investigación de del caso de María Soledad Morales, habló con Jorge Lanata y Magdalena Ruiz Guiñazú por Radio Mitre y confirmó el testimonio de Cristina Escobar.
Ésta última, días antes, en el marco de una congreso sobre trata que se realizó en Concordia, aseveró que su hija había sido secuestrada, violada y golpeada por un locutor de nombre Gustavo Alfonzo, acusando también al “hijo del gobernador, al senador (Enrique Cresto)” y otros.
Según acusó la religiosa, “El gobernador (Sergio Urribarri) es el que está encubriendo porque tiene todo el poder en sus manos” asegurando que Mauro Urribarri, ex ministro de Gobierno y Justicia de la provincia de Entre Ríos, “regenteaba ese lugar”, en el cual estuvo secuestrada la víctima, de nombre Sofía.
En 2019, la joven ya mayor de edad, habló en Canal 9 Litoral: “Nos obligaban a tener sexo por dinero y nos hacían tomar cocaína y alcohol” confesó desde el exilio.
La joven también apuntó contra Mauro y mencionó que “ellos sabían que nosotras éramos menores (en ese momento Sofía tenía 16 años), pero no les importaba. Nos obligaban a tener sexo con ellos, por dinero y nos obligaban a tomar alcohol y Cocaína con ellos, en cada encuentro”.
Además agregó que “las fiestas podían comenzar un sábado y terminar un domingo a la noche”.
Según una entrevista reproducida por el portal Analisis Digital, Sofía se refería a “hombres de la política”, aunque al pedirle especificaciones, la víctima mencionó: “por ejemplo, Mauro Urribarri en varias oportunidades e incluso por instagram me ha enviado mensajes”.
Por esta causa, el Tribunal Oral Federal (TOF) de Paraná condenó a Alfonzo a 10 años de prisión el día 2 de marzo de 2017 por trata de personas con fines de explotación sexual contra una menor de edad.
No obstante, contra el hijo de Sergio Urribarri no se avanzó, se presume que ello está relacionado con la protección que le brindó entonces ser el hijo de la máxima autoridad de la provincia.