No es una crítica a Chequeado, ojo. Nos encanta lo que hacen y compartimos muchas de sus notas en Tribuna de Periodistas. Hacen un trabajo espectacular a la hora de refutar fake news.

Sin embargo, nosotros les ganamos muchas veces anticipándonos a lo que publicarán horas —o días— más tarde.

El presunto viaje de Florencia Kirchner de Cuba a Buenos Aires luego de la victoria de AF, la receta del supuesto médico cubano, la “bomba” de la NASA sobre el descubrimiento de un universo paralelo, los contradictorios dichos de Mirta Tundis sobre los jubilados y mucho más, lo hemos refutado primero que nadie.

Incluso el supuesto recibo de sueldo de Máximo Kirchner, que se viralizó hace algunas semanas, fue desmitificado un año antes por nosotros, en marzo de 2019. Y mucho más.

No es por vanagloriarnos, o sí. Porque la verdad que somos casi inventores de la refutación de fake news. Lo hacemos desde 2003, cuando nació Tribuna de Periodistas.

Empezamos con los temas pseudocientíficos —de hecho, tenemos una sección específica denominada “pseudociencias”— y luego lo hicimos extensivo a otros temas, como política, economía y actualidad.

Es todo un trabajo, porque hasta los grandes medios caen en la publicación de falsas noticias, como pasó con lo del “universo paralelo” de la NASA y el supuesto comunicado de la OMS sobre tapabocas. Inclusive con el tema AMIA siguen diciendo cosas que no son reales. En ese caso, ya no opera el desconocimiento sino los intereses personales.

En esos casos, uno queda como el aguafiestas, el que tira el baldazo de agua fría en medio del jolgorio. Pero señalar lo que está mal también es nuestro deber como periodistas.

Nos parece importante, no solo porque es parte de nuestra esencia como medio de comunicación —es lo que dicta nuestro Manual de Estilo y ética—, sino porque la sociedad merece estar bien informada para poder tomar buenas decisiones.

Típica refutación de una fake news a través del Whatsapp de la redacción de TDP