Mientras estas líneas se escriben, investigadores santacruceños acaban de descubrir el cuerpo sin vida de Fabián Gutiérrez, el exsecretario de Cristina de Kirchner que estaba desaparecido desde este viernes.
Luego de rastrillan intensamente puntuales zonas de El Calafate dieron con el hombre en la vivienda de uno de los sospechosos del crimen.
Las primeras alarmas las había encendido la madre del propio evaporado, al denunciar que no lo había encontrado en la casa a la que se había mudado hacía dos días.
A ello se sumó el hallazgo del teléfono celular de Gutiérrez en una obra de construcción. Quien lo encontró fue un vecino que lo entregó a la policía.
A su vez, los sabuesos lograron ingresar a la vivienda del otrora secretario K y encontraron precintos, guantes de látex y prendas con manchas que presuntamente son de sangre.
Según pudo saber Tribuna de Periodistas, la Justicia nunca tuvo esperanza de encontrar con vida a Gutiérrez. Por caso, el juez a cargo, Carlos Narvate, había admitido: "Aún no encontraron el cuerpo y estamos trabajando con indicios. Obviamente continuaremos con la búsqueda, con los rastrillajes". Al hablar de “cuerpo”, el funcionario judicial denotaba la certeza de la muerte.
Acto seguido, el magistrado detuvo a cuatro personas: dos personas de entre 18 y 20 años de apellido Zaeta, otro hombre de apellido Monzón y esta mañana a uno de apellido Gómez.
Narvarte había admitido a este portal la certeza de que tres de los demorados serían el nexo para llegar a la verdad.
De hecho, se analizan los eventuales nexos entre los detenidos y Gutiérrez, no solo a través de sus propios testimonios, sino básicamente por las posibles comunicaciones entre unos y otros a través de los teléfonos celulares.
Es que, a esta altura, el juez tiene dos certezas: primero, que no hubo intento de robo alguno —en la casa de Gutiérrez faltaban elementos pero no eran de valor—; y, segundo, que los malvivientes y el exsecretario K se conocían de antes.
Lo único que resta al magistrado es conocer el móvil de lo sucedido. ¿Fue un intento de secuestro fallido o un asesinato ejecutado “in situ” y planificado previamente? ¿Se trató de un crimen económico? Es la hipótesis más fuerte.
En el rompecabezas de los investigadores aparece la idea de que Gutiérrez fue asesinado en su domicilio, ubicado en calle Santiago Perkic, y luego trasladado a la vivienda donde fue encontrado.
Los sabuesos están casi seguros de que ello se hizo en la camioneta Amarock del propio exsecretario, la cual tenía un retrovisor roto, manchas de sangre en la caja y el interior.
Entretanto, como en toda investigación, se intenta trazar la “línea de tiempo”: es decir, todo lo que hizo Gutiérrez las horas previas a su desaparición.
La última vez que había sido visto fue a las 19 en un supermercado de El Calafate. Por ello, el juez ha pedido las cámaras de video, no solo de los negocios sino también de los vecinos. Para tratar de encontrar el registro del momento en que Gutiérrez habría sido atacado.
Por ahora, se han descartado los móviles políticos, aún cuando en las redes sociales han florecido los mensajes que intentaban comparar el derrotero del exvalet K con lo sucedido con Alberto Nisman.
Todas las miradas en tal sentido apuntan a un solo lugar: Cristina Kirchner. Sin embargo, no hay nada que relacione a la hoy vicepresidenta con el hecho en cuestión.
¿Podrían aparecer elementos que la comprometieran en el futuro mediato? Tranquilamente —y no sorprendería—, pero por ahora debe primar la mesura. Sobre todo por parte de la prensa.
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