Jorge Luis Borges solía decir que los peronistas no eran “ni buenos ni malos”, sino “incorregibles”. Al paso de las décadas, ante la reiteración de sus propias conductas, ello parece un dogma científico.
La referencia viene a cuento de las palabras pronunciadas este fin de semana por Mario Alberto Ishii, uno de los barones del conurbano que más sabe traducir el pensamiento del peronismo más radicalizado.
“Para fines de agosto vamos a estar como en 2001 aproximadamente. Viví dos saqueos y pienso que la gente va a volver a 2001”, dijo a diario Perfil el intendente de José C. Paz, uno de los terruños más pobres de Buenos Aires.
¿Lo dijo porque sí? ¿Se le ocurrió en el momento? ¿O fue un mensaje velado del kirchnerismo hacia el sector más “moderado” de su propio gobierno?
Porque, como se dijo en otras columnas de este mismo portal, hay una pelea intestina entre halcones y palomas dentro del oficialismo. Los primeros acusan a los segundos de “tibios”… entre otros calificativos menos decorosos.
A la cabeza de las críticas está el cristinismo más duro —donde siempre abreva La Cámpora, dicho sea de paso—, que cree que el gobierno ha sido demasiado sobrio en lo que refiere a la causa del presunto espionaje macrista.
Es algo que se ve sin demasiada dificultad: unos aparecen en programas de TV y radio día y noche —principalmente C5N— insuflando ese expediente y echando nafta al fuego; mientras que otros casi no han dicho una sola palabra.
Entonces, en ese contexto, aparece Ishii, siempre sospechado de ser uno de los golpistas de aquel trágico 2001, que terminó con Fernando De la Rúa escapando en helicóptero.
Los nombres se repiten ahora mismo: Hugo Moyano, Eduardo Duhalde, etc… los mismos actores para una nueva obra. ¿O es la misma?
Por lo pronto, los comentarios del intendente de José C. Paz se parecen demasiado a lo que decía el peronismo —incluso él mismo— en esos idus de diciembre: “Veo que se está superando una línea: la gente ya no respeta a los funcionarios. Ve todo mal, como si fuera culpa de ellos: les adjudican la situación que tienen”.
Si acaso quedara alguna duda de las intenciones, Ishii fue bien claro: “Cuando en 2001 explotó fue por hambre. Salieron a saquear todos los negocios por comida. Hoy la bronca es de la gente que está sin trabajar. Y lo peor es que muchos están con necesidades mucho mayores que en 2001”.
Hablando de 2001: en junio de ese año, el intendente de José C. Paz era uno de los que más leña al fuego echaba, insistiendo en hablar de saqueos y de “marcada crisis social”, tal cual revela esta crónica de diario La Nación de esos días.
Otra vez la pregunta del millón: ¿Aparece de casualidad Ishii augurando huracanes y tifones en el mar del corto plazo?
Las siguientes dos frases, también dichas a diario Perfil este fin de semana, regalará la incómoda respuesta:
Primera: “La gente va avanzando y no la van a poder parar. La gente avanza y si vos la dejás va a seguir así”.
Segunda: “Hay que decir que aún no se llegó al pico máximo: no llegó lo peor”.
Más claro, echarle nafta.
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