El pedido de renuncia que presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo hace unos minutos al titular del Banco Central, Martín Redrado, traerá un inevitable cimbronazo en los mercados financieros vernáculos.
Redrado es uno de los pocos funcionarios argentinos que capitaliza la confianza de puntuales organismos internacionales y que ayuda a contener los temores del Departamento de Estado norteamericano.
En estas horas, por caso, funcionarios foráneos siguen con preocupación el desarrollo de la disputa de marras, sorprendidos por la embestida oficial contra un organismo autárquico como es el Banco Central. Pero hay algo que intranquiliza aún más a los extranjeros observadores: los motivos por los cuales el kirchnerismo pide la renuncia a Redrado.
Oportunamente, el subsecretario de Estado norteamericano, Arturo Valenzuela, fustigó acerca de la inseguridad jurídica en
El kirchnerismo no desconoce la eventual preocupación foránea y por ello se ha pensado en un reemplazo de la talla de Mario Blejer, quien ya ha ocupado la titularidad del mismo organismo —el Central— y ha sido vicepresidente y consejero del Departamento de Asuntos Monetarios del FMI.
El problema es que Blejer actúa como una suerte de “asesor informal” del ministro de Economía, Amado Boudou, y eso no es desconocido por nadie, menos aún por los funcionarios extranjeros que hoy se comen las uñas.
Sólo cabe preguntarse qué hará Redrado, ya que hasta ahora ha dado a entender que no dejará su cargo.
El final de la película queda abierto.