Cuando el pasado jueves 11 de marzo se detuvo al director de la Aduana de Ezeiza, Carlos Mechetti —hoy excarcelado bajo fianza—, por supuesto contrabando, nadie creyó realmente que el funcionario estuviera en el “techo” de las responsabilidades por los desaguisados ocurridos en esa dependencia. El nerviosismo en las principales oficinas de la AFIP, y las anticipadas desmentidas respecto a las responsabilidades del caso, fueron síntomas de cuán complicados están ciertos funcionarios de primera línea.

El ejemplo más elocuente es de Ricardo Echegaray, titular de la AFIP y, por carácter transitivo, responsable jerárquico de la Aduana. Por caso, hasta el día de la fecha esa dependencia no se ha presentado como querellante por ante el Juzgado en lo Penal Económico Nº 8 a cargo de Gustavo Meirovich, donde tramita el expediente judicial contra Mechetti.

Es dable mencionar que ese es el procedimiento de rutina: toda vez que la Aduana sufre un perjuicio fiscal como consecuencia de delitos como el de contrabando, sus funcionarios tienen la obligación de presentarse en el expediente bajo la figura de “particular damnificado”.

“Acá hay toda una ‘corporación aduanera’ que protege a Mechetti y otros delincuentes. Tipos como Echegaray, (María Silvina) Tirabassi, (Daniel) Santana (Subdirector General de Operaciones Aduaneras Metropolitanas y superior jerárquico de Mechetti), y Carlos Sueiro, Jefe del SUPARA (Sindicato Unico del Personal de Aduanas) están protegiendo a Mecchetti, esa es la pura verdad”, admitió una importante fuente de la AFIP ante la consulta de este cronista.

Sólo resta mencionar que, mientras la AFIP/Aduana no se presenten como querellantes por ante el Juzgado a cargo de la indagación de marras, se estará incurriendo en los delitos de "incumplimiento de los deberes de funcionario publico" y de "encubrimiento de contrabando".

No es poco.

Christian Sanz