No es la primera vez que Néstor Kirchner sufre una descompensación en su salud, le ha ocurrido al menos en cuatro oportunidades en los últimos diez años. Si bien la más recordada es la que le ocurrió el pasado 7 de febrero, cuando fue operado de urgencia por una afección en la carótida, el ex mandatario ha sido víctima de sendos desmayos por afecciones gastrointestinales en la última década y fue internado en secreto hace justo un mes. El patrón que siempre parece actuar como desencadenante de esas descompensaciones es el estrés, derivado inevitable de su agitada actividad política.
Según cuenta Daniel Gatti en su libro “El amo del feudo”, una suerte de biografía del ex mandatario, las situaciones de estrés vividas por Kirchner suelen manifestarse en su propia salud. Según reza la mencionada obra, en el marco de las elecciones a intendente en la localidad de Río Gallegos, en el año 1987, Néstor, “quien siempre refleja en el cuerpo los miedos, durante las últimas y angustiosas horas, luego del cierre de los comicios, sufrió varios desmayos”.
¿Habrá pasado algo similar en esta ocasión? ¿Estará Kirchner preocupado por la coyuntura actual y por ello le pasó lo que le pasó? Difícil saberlo, por ahora, al menos hasta que los profesionales que lo atienden den cuenta del cuadro puntual del ex presidente.
Mientras tanto, se hace menester que, de una vez y por todas, se conozca la historia clínica del ex mandatario. Ese documento, guardado bajo siete llaves, siempre ha sido motivo de silencio oficial por parte de los funcionarios de la Casa Rosada y centro de especulaciones de diverso tenor.
Es que, en no pocas oportunidades, Kirchner ha sido internado en secreto por malestares de diversa índole. Una de esas situaciones se dio el pasado miércoles 11 de agosto, cuando sintió un malestar intestinal y sus colaboradores más cercanos lo llevaron a la clínica Olivos para someterlo a un chequeo bajo absoluto hermetismo, tal cual describió oportunamente diario Perfil. Lo mismo ocurrió en abril de 2004, cuando el ex mandatario fue internado en secreto por una hemorragia gastrointestinal.
Por ello, se insiste en la cuestión: la reiterada cantidad de descompensaciones sufridas por el marido de la primera mandataria, amerita la apertura total de un tema que hoy es tabú y que sólo se menciona en los corrillos del poder, siempre con profundo temor.
No son pocos los indicios acerca de la fragilidad de su salud: en el referido libro “El amo del feudo”, se asegura que el ex Presidente, desde el comienzo de su carrera política, “siempre reflejó en el cuerpo los miedos”. De la misma manera opinó involuntariamente en su momento el ex intendente de la localidad bonaerense de Quilmes, Sergio Villordo, quien el 5 de octubre de 2004 confesó que "por razones de salud, Kirchner hace actos en lugares cerrados únicamente".
Esas declaraciones le valieron el severo reto del entonces primer mandatario.
Como sea, más allá de cualquier enojo oficial, ¿no es hora de transparentar los detalles sobre la salud de Néstor Kirchner?
Christian Sanz