En medio de la catarata de escándalos que viene generando la revelación de los documentos de Wikileaks, uno de los que más polémica incitó ha sido el que señala que Aníbal Fernández estaría vinculado con el tráfico de drogas en la Argentina.
Según un cable fechado en septiembre de 2009 y que lleva la firma del encargado de negocios de la Embajada, Thomas Kelly, el Jefe de Gabinete "está salpicado por rumores de corrupción, incluidos vínculos con el narcotráfico".
Asimismo, el informe detalla que Fernández, con frecuencia negó que el tráfico de drogas sea el mayor problema del país, a pesar de que “las evidencias indican que carteles de la droga mexicanos y colombianos operan en la Argentina y que Argentina lidera el consumo de cocaína de Latinoamérica”.
En el mismo sentido, el cable agrega: “Aníbal Fernández insiste en que Argentina es sólo un lugar de tránsito y continúa negando la existencia de laboratorios de droga en la Argentina”. Asimismo, se destaca que el funcionario es desde hace tiempo un defensor de la descriminilización del consumo de drogas, uno de los puntos más cuestionados por este periódico.
La aparición de ese documento ha sido un real cimbronazo a los intereses kirchneristas. A punto tal que aún ningún funcionario oficial ha atinado a responder o rectificar lo que allí se dice. El único en hablar fue el propio Fernández y lo hizo más de seis horas después de que apareciera el cable.
Pero hay un dato más interesante al respecto, que tiene que ver con una serie de artículos periodísticos y documentos que este cronista acercó a la embajada de Estados Unidos en el año 2007 (Ver al pie).
Allí, se dejó constancia —con prueba incluida— acerca de los negocios que vinculaban a Fernández y otros funcionarios kirchneristas con la venta de narcóticos.
La primera presentación fue realizada el 8 de febrero de 2007 y la segunda el 5 de junio del mismo año. En ambas oportunidades quedaron copias selladas de las cartas presentadas, lo cual hace presumir que cuando EE.UU. habla de "versiones periodísticas" sobre el tema drogas, lo haga en relación a esos —y seguramente otros— informes.
Como sea, pocos saben que el enfrentamiento de este cronista con Aníbal Fernández provocó dos fuertes querellas penales por parte de este, quien se sintió lesionado en su honor y acudió prontamente a la Justicia. Aunque hay que destacar que, en sendas presentaciones, la Justicia sobreseyó a quien escribe estas líneas.
¿Servirá lo ocurrido para que la Justicia finalmente tome cartas en el asunto e indague sobre la figura del jefe de Gabinete o seguirán todos haciéndose los distraídos?