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Extorsión a Cristina: ¿Temor oficial o excusa para romper con Moyano?

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PENSANDO EN OCTUBRE
PENSANDO EN OCTUBRE

“A mí no me van a correr (…) algunos creen tener poder para torcer voluntades”, dijo ayer Cristina Kirchner y sorprendió a propios y ajenos con esas elocuentes palabras. Las preguntas posteriores fueron inevitables: ¿Alguien extorsionó a Cristina? ¿De qué manera lo hizo?

 

No hace falta ser adivino para entender que las palabras de la mandataria se dirigieron hacia el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, junto a su séquito.

Tampoco es difícil inferir cuál o cuáles pudieron haber sido los pedidos que el sindicalista hizo a la primera mandataria y que provocaron su venal reacción.

En primer lugar, hay que destacar el desaire público que dirigió la Presidenta hacia el proyecto de ley de “participación en las ganancias” por parte de los trabajadores, impulsado por Héctor Recalde, a la sazón alter ego de Moyano.

En segundo lugar, no puede dejar de mencionarse la fuerte e insistente presión por parte del líder camionero para participar del armado de las listas electorales de cara a octubre próximo.

La tercera cuestión en ciernes es la que se relaciona con el millonario Fondo Solidario de Redistribución, del cual Moyano cobró una pequeña parte y que Cristina no termina de liberar. Se trata de unos 6 mil millones de pesos que el camionero ha reclamado, sin éxito, en media docena de oportunidades.

Independientemente de lo que haya ocasionado el enfrentamiento, lo que está claro es que el mensaje de la Presidenta fue directo al corazón del moyanismo. Baste recordar los cortocircuitos que ha habido entre uno y otro luego de la repentina muerte de Néstor Kirchner, los cuales han ido in crescendo hasta confluir en la amenaza que el líder de la CGT hizo al oficialismo luego de conocido el exhorto suizo del pasado 18 de marzo.

En ese marco, no es menor el hecho de que Cristina haya hablado con la elocuencia que lo hizo, casi al borde del llanto y con evidente enojo. No apeló a eufemismos a la hora de asegurar que existía una trama extorsiva que la tenía como protagonista, pero tampoco dio mayores precisiones al respecto.

Por lo antedicho, cabe preguntarse: ¿Habrá existido una extorsión real o se habrá tratado de una brillante actuación oficial para intentar alcanzar el corazón de la clase media, siempre esquivo a la hora de votar al kirchnerismo?

Pino Solanas lo dijo sin vueltas a poco de pronunciadas las palabras oficiales: "Con ese discurso, (Cristina) se gana la simpatía de mucha gente". De manera similar opinó el titular del bloque de diputados del Pro, Federico Pinedo: "Es una estrategia para concentrar más poder y atacar a un sistema sindical desprestigiado".

 

Con una ayudita de mis amigos

 

Tres de las cinco encuestas que hoy maneja el oficialismo —en las cuales Cristina aparece como clara ganadora si hoy fueran las elecciones nacionales—, coinciden en afirmar que el acercamiento entre el Gobierno y Moyano tracciona negativamente respecto de la imagen de la Presidenta en el riñón de la clase media. Ello explicaría por qué el discurso de la mandataria comenzó a ocuparse del camionero —contra él en realidad— y a ostentar novedosos guiños al empresariado vernáculo.

La estrategia es interesante, pero arroja serios interrogantes. Por caso, ¿podría Cristina llegar a octubre en calma si eventualmente se enfrentara con Moyano? El que dio la respuesta más sincera fue el cegetista Julio Piumato, quien consideró que sería "un suicidio" para la primera magistrada romper su relación con el camionero.

Ipso facto, consciente de la polémica generada, reinterpretó las palabras de Cristina y negó que pudieran haber sido dirigidas al sindicalismo. “Me pareció perfecto, estamos de acuerdo y creo que no fue un mensaje a la CGT”, aseguró Piumato.

En realidad, mal que le pese al titular del gremio de los trabajadores judiciales, el malestar para con Moyano no solo es bien real, sino que su presencia hoy es resistida —y hasta combatida no— por el ala más radicalizada del Gobierno, con La Cámpora a la cabeza.

No casualmente, el titular de esa agrupación, José Ottavis, advirtió anoche que "muchos hablan de lealtad en estos días, pero la verdadera lealtad se ve en la cancha" y remarcó que "el peronismo será kirchnerista o no será".

Mientras tanto, al tiempo que estas líneas terminan de escribirse, los intermediarios oficiales de siempre —con Julio de Vido a la cabeza— han gestionado oportunos acercamientos entre el kirchnerismo y los referentes cegetistas.

El resultado de ese trámite pudo verse anoche cuando el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, aclaró que el mensaje de la Presidenta no era “para gremios de la CGT”, sino para las asociaciones sindicales que realizaron las protestas de la última semana. Nadie creyó en el fondo esas palabras, pero sirvieron para que la discusión se descomprimiera casi por completo.

En fin, por ahora pareciera que la forzada tregua entre uno y otro sector no se romperá, ya que a nadie le conviene, pero ¿se podrá sostener en el tiempo, al menos hasta octubre?

Una pregunta cuya respuesta descansa en la inescrutable cabeza de Cristina Kirchner. Ella y solo ella sabe qué ocurrirá finalmente.

 

Christian Sanz
Twitter: @cesanz1

 
 

30 comentarios Dejá tu comentario

  1. Leyendo a Boquitas pintadas, me puse a pensar si será premonitorio el analisís del Dr Castro. ¿Tendremos un velatorio antes de fin de año?. No, no creo que se dé un a situación idem a la de Néstor. No, no, no mi mente debe estar devariando y esto lo note cuando hace unos pocos días estuve de acuerdo con De Elias cuando dijo que mientras no vea el cadaver no va a creer que Bin Laden este muerto. Tenes razón Luisito, el cajón estaba cerrado .

  2. Tanto odian al campo . que ellos compran campo de bronca no mas . Moyano un campito de 800 hec en Cordoba. Rossi en Vera, Santa fe. HETC HETC .Esto es un truco para seguir en el poder. OTRO CUENTO CHINO

  3. Boquitas Pintadas, volvé a Manuel Puig, mejor. No quieras matar al mensajero. Nelson Castro dá su opinión como médico que es, no como periodista. En cuanto a Kretina I de Prusia/Calafate, como actriz, es un mal remado de Juanita Viale. Por más que imposte la voz, haga saltar algún lagrimón, tienen la genuinidad de las del yacaré overo. Ama el Poder, y sabe que necesita tenerlo para continuar en libertad. Es una hedonista del Poder. Que vaya repasando el Código Penal que nunca terminó de leer, porque lo vá a necesitar. El Hugo y su pandilla, se hunden y junto con ellos, se los cargan a todos. Mientras, la Oposición debiera establecer los consensos mínimos para una transición tranquila. Algo de eso, lo tiene Terragno. de ahí que el juego de vanidades tire a la basura esos consenso, es otro cantar.

  4. UN PARALELISMO ENTRE HOFFA Y MOYANO El líder que convirtió al gremio de camioneros en un factor de poder decisivo en EE.UU. Rubén Alejandro Fraga El Ciudadano El 30 de julio de 1975, Jimmy Barreta Hoffa, el influyente y temido fundador del poderoso sindicato de los camioneros (“teamsters”) estadounidenses, fue a reunirse con alguien en un restaurante de Bloomfield, Detroit. Pero en el camino desapareció misteriosamente sin dejar rastro alguno. Y el hecho de que su cuerpo jamás fuera hallado contribuyó a crear una suerte de mito alrededor del sindicalista. Mucho se escribió desde entonces sobre Hoffa y su enigmática desaparición, presuntamente a manos de la mafia italonorteamericana, que para entonces quería desprenderse de uno de sus principales socios en el control de los sindicatos estadounidenses. Los comentarios de prensa de la época recuerdan que la Cosa Nostra estaba irritada por las desmedidas pretensiones de Hoffa, un burócrata sindical que en sus tiempos de esplendor era capaz de paralizar el transporte de cargas en todo el país con sólo una palabra. Por eso se cree que aquel 30 de julio del 75, Hoffa acudió a una cita pactada con los jefes mafiosos en un restaurante de Detroit, pero nunca llegó a destino. Años antes de desaparecer de la faz de la tierra, Hoffa había convertido al sindicato de los camioneros en una potencia económica y política de Estados Unidos, aunque también se había convertido en un instrumento de la mafia italonorteamericana. Por eso, 30 años después del hecho, casi todos apuntan a la Cosa Nostra como responsable del secuestro y desaparición de Hoffa. Algunos investigadores sostienen que fue el sicario conocido como Tony el Griego quien asesinó a Hoffa por encargo de Sam Giancana, jefe de la mafia en Tampa. Y aunque nunca se halló el cadáver, aún abundan los rumores sobre el lugar donde está sepultado. En febrero pasado, pruebas de ADN en manchas de sangre en una casa donde se suponía que estuvo secuestrado Hoffa dieron negativo. Las autoridades ordenaron remover algunas tablas de madera del piso de una casa en Bloomfield, Detroit, donde un sindicalista rival, Frank Irishman Sheeran, aseguró haber asesinado a Hoffa. Pero no se halló nada que contribuyera a dilucidar el misterio. Con todo, la vida del sindicalista y su desaparición inspiraron una decena de libros y también la película Hoffa (1992), dirigida por Danny De Vito, en la que Jack Nicholson interpreta al dirigente de los camioneros. El poder sobre ruedas Jimmy Hoffa nació el 14 de febrero de 1913 en Brazil, Indiana, en un hogar humilde. El padre de Hoffa era un trabajador del carbón en Illinois. Tras la muerte de su padre, el joven Jimmy se trasladó a Detroit para trabajar en un depósito. En esa ciudad, capital de la industria del automóvil, organizó la primera huelga de los llamados “swampers”, trabajadores de carga y descarga. Por su actividad con esos trabajadores Jimmy hizo sus primeros contactos con los “teamsters”, a quienes organizó sindicalmente en los estados del cercano oeste estadounidense. Desde ese territorio Hoffa fue extendiendo su influencia a todo el país, con métodos de lucha como los paros sorpresivos y el boicot, no exentos de violencia. Hasta que en 1957 llegó a la presidencia de la Fraternidad Internacional de Camioneros, al suceder en el cargo a Dave Beck, quien había sido encarcelado por fraude impositivo. Desde la presidencia del sindicato Hoffa logró agrupar a todos los camioneros del país en un solo convenio nacional. A la vez pretendió incorporar a su gremio a trabajadores de líneas aéreas y de otras actividades ligadas al transporte. Para entonces ya tenía acuerdos con el capo mafioso Tony Provenzano y con líderes del Partido Republicano. Sin embargo, desde la Casa Blanca, los presidentes demócratas John Fitzgerald Kennedy y Lindon Baynes Johnson se convirtieron en un serio obstáculo en la trayectoria de Hoffa y ordenaron al FBI que investigara sus actividades. En el marco de esa guerra declarada entre el cacique gremial y los demócratas, las revelaciones de los detectives privados Fred Otash y John Danoff, contratados por Hoffa para grabar las confidencias de alcoba de Robert Francis Kennedy a Marilyn Monroe, su amante, pusieron en un brete la presunta honorabilidad de los hermanos Kennedy en su guerra contra la Mafia. Hasta que 1967 marcó el final de la carrera de Hoffa al ser condenado por soborno a 15 años de prisión. El presidente republicano Richard Milhaus Nixon le conmutó la pena en 1971, cuando llevaba cumplidos cuatro años, con la condición de que debería abstenerse de volver a realizar actividades sindicales. Justo cuando Hoffa se proponía presentar una demanda para que se le levantara esa restricción, desapareció sin dejar rastro alguno. No obstante, Hoffa ya había logrado abrirle las puertas del gremio de los camioneros a su hijo James P. Hoffa, quien aún hoy lidera a los teamsters de Estados Unidos. Un gremio poderoso por naturaleza y un líder que inspiró al propio Moyano En la mayoría de los países del mundo el sindicato de camioneros es poseedor de una fuerza espectacular que no pocas veces ha puesto en jaque a varios gobiernos. Apenas dos años antes de la desaparición del mítico gremialista estadounidense Jimmy Hoffa, en 1973, el chileno León Vilarín, al frente de sus 45.000 camioneros, fue una pieza importante de la que se valió la CIA para paralizar el país trasandino, dando un golpe mortal a la economía chilena, y preparar el derrocamiento del presidente socialista Salvador Allende. Del otro lado de la Cordillera, en la Argentina el también camionero Hugo Moyano (confeso admirador de Hoffa) fue acumulando en los últimos años un poder nada despreciable y con una capacidad de presión –como quedó demostrado en el caso de la cadena de supermercados Carrefour– que obligó hasta la intervención del propio gobierno francés ante la administración del presidente Néstor Kirchner. Para Moyano, todo lo que se mueva sobre un camión o camioneta es resorte de su gremio, ya sea choferes, ayudantes, estibadores o lo que fuere. La pretensión es obvia: cuanto más afiliados, más se recauda y más poder tiene el gremio. Moyano quiere conquistar hoy para sus compañeros de gremio el histórico sitial que en una época llevó a los metalúrgicos, con sus más de 400.000 afiliados, a ser los dueños y señores del poder sindical en la Argentina. Con esa táctica Moyano fue construyendo poder interno en su sindicato y llegó a convertirse a mediados de este mes en el único conductor de la Confederación General del Trabajo (CGT). Pero la estrategia y el estilo de Moyano pusieron en pie de guerra a los denominados gordos –caciques de los gremios de servicios–, entre ellos el mercantil Armando Cavalieri, quien lo acusó, precisamente, de llevar adelante prácticas mafiosas, al mejor estilo Hoffa. Si bien Moyano goza de buena salud y nunca estuvo en una cárcel, las similitudes con Hoffa son varias. Al igual que el desaparecido gremialista estadounidense también el titular de la CGT proviene de un hogar muy humilde. Y como lo hizo Hoffa, ya puso en línea a su hijo para que lo suceda como líder sindical de los camioneros de la Argentina. http://www.grupoelron.org/mitos/jimmyhoffadesaparicion.htm

  5. Esta "boquitas pintadas", está inundada de pensamiento mágico, supone que si alguien opina sobre la salud de una funcionaria como es la viuda........listo, ya la fulminó. No es ásí "boquitas........", ocurre que aunque actúan como inmortales, y creen que su gobierno es una dinastía, están dando los últimos estertores, ese es el asunto, no hay aquí faraones, ni inmortales, sino gente fulminable, infartable, y mortal como todos nosotros, claro, se es el punto. La necesidad de impunidad la tienen los funcionarios que saben que por su edad tendrán que fatigar juzgados y dormir en cárceles comunes, el mismo castigo que han impuesto a tantos sin juicio previo, ese es el punto. Son multitud los que esperan la sombra de la impunidad, al morirse el tuerto cornudo, quedaron sin techo posible, solo la viuda puede brindarles un dobijo de impunidad.

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