Alberto Pérez escucha y asiente, una y otra vez: “Si Daniel, lo que vos digas”. Esta frase suele caracterizar al jefe de Gabinete del Gobernador de la provincia de Buenos Aires frente a los planteos de su jefe político.
Sin embargo, ese mantra oficial ha variado últimamente frente al pedido de Scioli de ostentar mesura extrema a la hora de exteriorizar posiciones internas. Junto a otros funcionarios, Pérez ha logrado convencer al gobernador bonaerense de presentar batalla frente a los ataques del gobierno nacional.
No es casual a ese respecto que en los últimos tiempos Scioli haya comenzado a ser más y más crítico del gobierno de Cristina Kirchner. En un principio, esto ocurría a puertas cerradas, pero ahora ya empieza a mostrar clara lejanía, producto de cierto fastidio que le ocasionan las lesivas palabras de la Presidenta contra su persona.
“¿Por qué me matan si en cada discurso que hago me muestro alineado con el kirchnerismo?”, solía preguntarle el gobernador a su mano derecha hasta hace pocas semanas. Lo que Scioli parece desconocer es que todos sus pasos están monitoreados de manera oficial. Lo que él dice de manera privada siempre le es respondido en ámbitos públicos.
“Él expresó que tiene algunas diferencias, sería bueno saber cuáles son esas diferencias”, dijo Florencio Randazzo hace unos días respecto al giro que el gobernador viene tomando. No se trata tanto de lo que este dice públicamente, sino más bien de lo que menciona en sus discursos privados.
Cristina suele enterarse a través de puntuales “infiltrados” de todo lo que dice Scioli y actúa en consecuencia. Por caso, el pasado 13 de diciembre, cuando el mandatario provincia lanzó su línea interna —la DOS—, casi no se refirió al kirchnerismo en su discurso. Sin embargo, lanzó duras críticas al Gobierno en conversaciones privadas con referentes que se encontraban en el lugar.
Días más tarde, Scioli recibió duros cuestionamientos por parte de dos de las espadas más filosas del oficialismo: Diana Conti y Marcelo Saín. Como se dijo, las críticas no fueron por sus declaraciones públicas, sino por sus epítetos en privado.
Según fuentes cercanas a Alberto Pérez, la embestida contra el gobernador —que comenzó por su “gesta independentista”— recrudeció luego de que se detectara que mantenía conversaciones subrepticias con su supuesto competidor: Sergio Massa.
“Scioli está muy bien posicionado y Massa está en segundo lugar de preferencias, juntos son imbatibles”, admitieron los informantes bonarenses.
No es la única situación que irrita a Cristina. La Presidenta sospecha de los elogios que este endilga abiertamente a Carlos Menem y a Eduardo Duhalde. Al mismo tiempo, desconfía de las conversaciones reservadas entre Scioli y el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, a quien el mandatario intenta tentar para que se acople a su espacio.
Mientras esto ocurre, Scioli comienza tibiamente a despegarse del Gobierno a través de puntuales declaraciones públicas. No se trata solo de mostrarse más independiente, sino también de diferenciarse de las acciones del kirchnerismo.
“Yo no me enriquecí con la función pública”, dijo el gobernador en las últimas horas, en una suerte de mensaje por elevación a la Presidenta. Fue en respuesta al inesperado ataque que la mandataria le endilgó en su respuesta al actor Ricardo Darín.
La conclusión es clara: de ahora en más, Scioli no dejará pasar por alto ningún otro ataque que provenga del Gobierno nacional.
Su estrategia ya puede percibirse a través de la recientemente creada agencia BA Noticias, portal que empieza a saturarse con notas periodísticas que ensalzan a los “enemigos” del modelo.
Gerónimo “Momo” Venegas, Carlos Melconián, Pino Solanas y hasta Victoria Donda despuntan en la sección política del referido sitio. No es ninguna coincidencia: es una advertencia al corazón mismo del poder K.
Ya lo dice una conocida frase del saber popular: “A buen entendedor pocas palabras”.
Christian Sanz
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