Lo anticipamos hace una semana en esta misma columna y ocurrió: apareció una nueva denuncia contra el macrismo, aunque esta vez se trata de las más complicadas de las que deberá sortear. Básicamente porque se trata de un tema harto sensible: el presunto espionaje a familiares de los fallecidos en el ARA San Juan.
Las pruebas al respecto son concluyentes, solo resta saber cuán implicado podría estar Mauricio Macri. ¿Sabía o no sabía? ¿Mandó él a espiar a los que reclamaban justicia por sus muertos? Por ahora, imposible saberlo.
Otro de los tópicos que se confirmó fue el avance de Sergio Berni sobre las “policías locales” del conurbano bonaerense luego del alzamiento de los uniformados reclamando mejoras salariales.
“No va a haber más policía local" dijo el ministro de Seguridad bonaerense durante la semana que pasó, tal cual se anticipó en el audio exclusivo para socios de Tribuna de Periodistas.
No obstante, no le será sencilla la movida, ya que algunos intendentes del peronismo, como Martín Insaurralde de Lomas de Zamora y Jorge Ferraresi de Avellaneda, aseguraron que están dispuestos a resistir la avanzada. Cuentan con un apoyo secreto: Sergio Massa.
El show del porno diputado
Sin dudas, el escándalo del momento fue el que protagonizó Juan Emilio Ameri, el diputado que apareció besando los pechos de su novia en pleno debate virtual en la Cámara de Diputados.
El episodio fue rápidamente aprovechado por el oficialismo, que hizo del caso una bandera de “transparencia” dentro del propio Frente de Todos.
Fue el propio presidente de la Cámara de Diputados, Massa, quien tomó esa bandera y se paseó por todos los canales relatando su epopeya, que concluyó en la expulsión del propio Ameri por inclumplir el reglamento parlamentario.
A pesar de ello, el escándalo está lejos de terminar: en los días venideros se descubrirá que el ahora exdiputado colocó a familiares y amigos en cargos ostentosos en la administración pública nacional.
A su vez, Ameri amenaza a través de mensajes de Whatsapp con contar cuestiones indecorosas sobre sus colegas del Frente de Todos si no le garantizan otro cargo o un ingreso “ñoqui” para subsistir.
Quienes lo conocen aseguran que es un hombre de gastos caros. Algunos lícitos y otros no tanto.
Como sea, lo inquietante no es tanto su amenaza, sino el hecho de que le prometieron auxiliarlo para que no hable. Habrá novedades a tal respecto en menos de un mes.
No sirven ni para espiar
Otro escándalo que promete escalar es el protagonizado por la titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño, quien difundió ¿involuntariamente? puntuales actas del Libro de Protocolo de Resoluciones de ese organismo.
Ello permitió la filtración de los datos personales de un centenar de espías y exagentes de inteligencia enviados al exterior oportunamente.
Fue en el contexto de la causa por espionaje ilegal a 24 dirigentes políticos, empresarios y gremialistas durante el macrismo, expediente que se tramita en el juzgado federal de Lomas de Zamora, a cargo de los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide.
Según comentan los propios espías de la AFI, detrás de lo ocurrido subyace la intención de la propia Camaño de hacer caer a Incardona. Pero el tiro le salió por la culata, ya que ahora es ella la que peligra en su cargo.
Ahora mismo, por caso, se habla de su reemplazo por un conocido referente de La Cámpora.
La situación de Caamaño se agravará cuando ocurra lo que han mencionado a este cronista dos mediáticos abogados: al menos 20 agentes han decidido hacer juicio contra el Estado por haber sido puestos en riesgo al revelar sus identidades.
Funcionarios que se van... tal cual anticipamos
Tal cual se anticipó en este mismo espacio el pasado 20 de julio, Cristina Kirchner ya le bajó definitivamente el pulgar a Martín Guzmán, quien tendría sus días contados al frente del Ministerio de Economía.
Si bien ya era una decisión tomada, apuró los tiempos el “blooper” protagonizado el actual titular de esa cartera en plena exposición por el presupuesto en el Congreso Nacional, donde habló de “sarasear”.
Otro que también tiene fecha de vencimiento es el presidente del BCRA, Miguel Pesce, cuyas “acciones bajaron” luego del supercepo y la estrepitosa caída de reservas.
Quien sería su reemplazante es el titular de la Comisión de Presupuesto, Carlos Heller, muy cercano a la hoy vicepresidenta.
Hay que remarcar que Pesce nunca fue bien visto por Cristina, no sólo por su origen radical y su pasado como funcionario del macrismo en la CABA, sino también por su condición de banquero, que para muchos explica muchas de las decisiones que adoptó en el Banco Central, beneficiando a sus "pares".
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