Horacio Verbitsky no aprende: no le alcanzó con haber quedado en off side por el affaire Stornelli/D’Alessio, que se comprobó que había sido orquestado por exreferentes K que hoy purgan prisión.
Tampoco le alcanzó en su momento con el papelón de haber inventado una trama que intentó complicar a Francisco De Narváez —en esos días se enfrentaba a Néstor Kirchner en las legislativas bonaerenses— y que pronto se demostró falsa. Más aún, este cronista la anticipó antes de que ocurriera gracias a fuentes del propio kirchnerismo.
Así es el “perro”, un tipo todoterreno, casi de amianto. Por dinero es capaz de mandar a matar a su propia familia.
Su versatilidad es tal, que llegó a operar como “doble agente” durante la última dictadura militar. Por un lado, reportaba a Montoneros; por el otro, a los “milicos”. Ello le permitió caminar con tranquilidad por las calles de Buenos Aires mientras sus compañeros eran “chupados” y asesinados, uno tras otro. Ni siquiera debió cambiar su domicilio.
Quien abrigue alguna duda al respecto, solo debe leer la impecable investigación de Gabriel Levinas. Allí está todo documentado, incluso se muestran los discursos que escribía Verbitsky para que los militares leyeran en público.
Ahora, en las últimas horas, el “Perro” volvió a la carga contra Stornelli, a través de una nota que da crédito a una denuncia por extorsión que presentó ayer viernes 15 en el juzgado federal de Dolores el ex secretario presidencial Pablo Barreiro.
Según el refrito de Verbitsky, al otrora valet de los Kirchner le habrían pedido 250.000 dólares. Interesante a todas luces, pero no hay un solo elemento en todo el artículo que sostenga esa posibilidad. Ni cámaras ocultas, ni mensajes de Whatsapp, ni nada.
Incluso, el propio “Perro” admite que la declaración de Barreiro “no figura en el expediente”. ¿No es demasiado burda la opereta?
Más aún: ¿No suena absurdo que el fiscal más observado del país, el que ostenta la investigación más importante de las últimas décadas, se dedique a extorsionar a todo el mundo? ¿No habría que ser imbécil para hacer algo así mientras el foco de la ciudadanía se posa sobre su persona?
A esta altura, se torna relevante contar quién es Barreiro, el denunciante: se trata del hijo del exjardinero de los Kirchner, Ricardo ídem, quien pasó de ser un hombre de clase baja a amasar un emporio de negocios dedicados a transporte, hotelería, turismo, gastronomía y construcción. Una trama que bien podría haber investigado Verbitsky, pero jamás lo hizo. Los motivos son obvios: el kirchnerismo no se investiga.
Sería muy sencillo destapar esa trama de corrupción, que esconde una historia de testaferros, política y lavado de dinero. Solo debe investigarse la firma Antiguos Patagones SRL. Pero esa es otra historia.
Ahora, hay que concentrarse en esta nueva operación, que de tan obvia ha salido a replicarse en todos los portales K al mismo tiempo. Entre otros, diario Pagina/12 y el portal El Destape, perteneciente a otro operador irremediable, Roberto Navarro. El mismo que dijo que había ganado Daniel Scioli las presidenciales del año 2015 en las cámaras de C5N. Su expresión de deseo fue más fuerte que su profesionalidad periodística.
Son tan obvios que dan pena. Basta mencionar que el abogado “trucho” D’Alessio demostró tener más contactos con el kirchnerismo que con cualquier otra fuerza política (ojo, ello no le quita responsabilidad a Cambiemos). Tal es así, que hasta fue auspiciado por el programa 678 cuando competía en Turismo Carretera.
Un verdadero atorrante, que se prestó para ser parte de una opereta que no se sostiene de ninguna manera. Pergeñado por un grupo de delincuentes que intentan apartar al tándem Stornelli/Bonadio de la investigación que los complica.
De manual.