El escándalo y la polémica por el Vacunatorio Vip, lejos de mermar, aumenta su intensidad con el paso de las horas. La Salida de Ginés González García al frente del Ministerio de Salud es una muestra, apenas un símbolo, de lo grave que resultó ser esa situación.
Por consecuencia, la flamante titular de esa cartera, Carla Vizzotti, debió dar explicaciones. Las dudas que surgieron y las cuestiones que le faltaron responder al caído en desgracia ahora ex ministro, quedaron en manos de quien había sido su mano derecha.
“Voy a hablar toda la vida con él”, dijo Vizzotti respecto de Ginés, acaso confirmando lo que ya se sabía, que sí tenía conocimiento de este vacunatorio paralelo en el cual se inoculó a mucha gente que no estaba prevista en el cronograma, porque ¿Quién seguiría defendiendo a una persona luego de un engaño tan trascendental?
Pero no fue lo único que desmintió los dichos de la ex secretaria de Acceso a la Salud, quien aseguró no tener conocimiento de lo que sucedía. Por caso, cuatro funcionarios de su área –dos de los cuales trabajaban en estrecha cercanía con ella- fueron vacunados en condiciones irregulares.
Estos son: Juan Pablo Saulle y Analía Aquino, Coordinador Logístico de la Secretaría de Acceso a la Salud y asesora de la Secretaría de Acceso a la Salud respectivamente. Pero además aparecen Analía Rearte, quien fuera directora nacional de Epidemiología e Información Estratégica, y Manuel Castelli, director nacional de Control de Enfermedades Transmisibles.
Es dable destacar que Rearte es una persona con estrecha cercanía con Vizzotti, mientras que en el caso de Castelli, era quien daba los reportes diarios con la nueva ministra de Salud.
Como si ello no fuese lo suficientemente elocuente respecto de la inconducta de la flamante ministra, este martes tiró una frase demoledora pretendiendo defender lo indefendible sobre la vacunación del procurador del Tesoro Carlos Zannini.
“Zannini es un funcionario público de alto rango, de la administración pública nacional, si tiene un problema de salud, es un problema para el Estado”, mencionó. Sin embargo olvidó explicar un detalle, el hecho de que el ex candidato a vicepresidente por la fórmula de Daniel Scioli –otro de los privilegiados- debió ser inscripto como “personal de salud” para recibir la vacuna, algo que claramente no es.
Vizzotti también aseguró que la “campaña de vacunación no está fuera de control”. O sea que el hecho de que el presidente Alberto Fernández deba pedir la renuncia de uno de sus ministros más apreciados con el riesgo de que la cartera de Salud sea cooptada por un cristinista, responde a la nada misma, porque según la funcionaria, todo está en orden.
Incluso, la protagonista de este artículo llegó a decir que el listado de vacunados privilegiados que difundió el Ministerio que conduce “es la lista definitiva”. ¿Con ello quiere decir que no existen más vacunados o que no los dará a conocer? Cualquiera de las dos cosas que pudo haber querido decir es grave. Una porque representa una mentira lisa y llana y la otra porque estaría encubriendo a los restantes inoculados que no debían estarlo por el momento.
Se puede hacer un listado ad infinitum con los yerros de la recientemente ascendida ministra de Salud, pero no vale la pena, con lo aquí expuesto alcanza… y sobra.
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