Hace un par de semanas, recibí el cordial llamado de una periodista amiga que me pidió que participara en su programa de radio. Mi sorpresa fue mayúscula cuando supe que lo que pretendía era enfrentarme dialécticamente contra una oscura organización llamada ARDA, abocada a la despenalización del consumo de drogas y sospechosamente preocupada en “enseñar” a los adictos cómo drogarse sin hacerse “demasiado daño”.
Luego de un breve repaso sobre cuestiones de estupefacientes y sus nefastas secuelas, me dirigí a la radio en cuestión -FM Class- y me dispuse a esperar el clave momento del cruce telefónico.
Luego de la presentación del programa y los comentarios de rigor, se produjo la comunicación esperada con uno de los miembros de ARDA, Nicolás, quien explicó cuál era la tarea que desarrollaban y de qué manera la llevaban a cabo.
Ante tales afirmaciones, pregunté si en lugar de “ayudar” a drogarse de manera más segura a los adictos no era mejor hacer una campaña de concientización sobre el flagelo de la droga. “De lo contrario, en lugar de prevenir futuras adicciones estamos impulsando a seguir drogándose a los que ya lo hacen”, aseguré.
Nicolás, mi interlocutor, se quedó sin palabras y sólo atinó a decirme que algunas drogas no eran tan malas “como se dice por ahí”. Puntualmente se refería a la marihuana, a la que estúpidamente categorizó como “droga blanda”.
Mi réplica no tardó en llegar y, luego de explicarle los daños que produce esta droga a través del THC*, pregunté a Nicolás si conocía algún estudio científico reciente sobre los daños producidos por ella.
Con evidente desconocimiento, el indignado interlocutor trató de citar algunos estudios del pseudofilósofo Antonio Escohotado, obviamente alejados de todo lo que a método científico respecta.
Cuando le comencé a explicar esto último, volvió a cambiar de tema y me dijo que “cada uno tiene derecho a hacer lo que quiere en su intimidad”, en evidente referencia al consumo de estupefacientes. Rápida de reflejos, mi amiga y colega le comentó una elocuente anécdota, de la cual yo mismo había sido testigo.
“Hace un par de semanas fuimos a un hogar en el cual se hacen cargo de niños abandonados y entre ellos había un gordito hermoso de un año de edad que estaba ciego por un defecto congénito, producto del consumo de drogas de su propia madre. Creo que no es tan sencilla la cuestión de la intimidad”, disparó la brillante periodista.
La charla no daba para más. Los argumentos de ARDA habían caído y no teníamos intenciones de seguir haciendo pasar papelones a nuestro interlocutor, quien se despidió con evidente amargura.
Luego de ello, me aboqué a explicar cuáles eran los verdaderos daños producidos por las drogas y cómo estos eran disfrazados por gente como la de esta agrupación.
Hablé, entre otras cosas, de estudios realizados con animales que han dejado en evidencia cómo la marihuana deprime el sistema inmunológico del cuerpo, dejándolo con pocas defensas y disminuyendo el número de espermatozoides proporcionalmente a su consumo. De hecho, en consumidores crónicos se han encontrado espermatozoides anómalos.
Asimismo, comenté que el uso de marihuana aumenta el ritmo cardíaco hasta en un 50%, mientras que su consumo prolongado aumenta la posibilidad de un ataque cardíaco,
Una de piratas
ARDA, como decíamos en un principio, es una asociación supuestamente abocada a “reducir los daños” que pudieran producir las drogas. Su nombre es engañoso, ya que sus siglas refieren Asociación de Reducción de Daños de la Argentina, pero no hablan de drogas, lo cual produce confusión en quien lee su nombre.
Concluyendo
La mejor manera de combatir un flagelo no es legalizándolo. A nadie se le ocurriría legitimar un asesinato para provocar su disminución. Es una locura.
Christian Sanz
*El THC o Tetra hidro cannabinol es uno de los principios activos de la marihuana. Cuando la misma se fuma, el THC es absorbido por los tejidos grasos de muchos órganos, como el hígado, los pulmones, el aparato reproductor y el cerebro. A diferencia del alcohol, el THC no es rápidamente eliminado del organismo ya que es liposoluble, lo cual vuelve a la marihuana una droga muy peligrosa.
La verdad poco se puede esperar de las personas que rodean a claudio izaguirre , es una pena que confundan a los que desconocen el tema, yo por mi parte no tengo problemas por que por suerte estoy informado , pero hay mucha gente que no lo esta y esta persona confunde.Igualmente este tipo de pensamientos tienen fecha de vencimiento...Hasta la victoria siembren!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Hola Christian Sanz, siguiendo tu razonamiento, el alcohol y el tabaco deberían ser ilegales. puesto que son las dos drogas legales con más adictos en el país, según la SEDRONAR. y vos decís que la droga mata, y no tiene piedad. yo te aconsejo que antes de defenestrar a una asociación que tan buen trabajo hace por la gente con problemas de consumo de drogas, vos deberías revisar tu discurso seriamente. pues la droga no puede matar, ni tener o no tener piedad, eso es atribuible a un humano no a un producto. la droga no mata. uno puede matarse o no con ella. y arda trabaja para que la gente no se mate, sino que viva una mejor vida. hasta siembren compañeros!
Qué gusto encontrar este tipo de artículos ¿Dónde más puedo leer BASURA tan auténtica?