La llegada de Nilda Garré a la flamante cartera de Seguridad, supuso un mensaje implícito pero inequívoco: Aníbal Fernández dejó de ser la persona de confianza que otrora representaba para Cristina Kirchner. No casualmente, los primeros desplazamientos llevados adelante por la ministra, ralearon solo el poder del Jefe de Gabinete y de nadie más.
La designación de Juan Manuel Abal Medina al frente de la secretaría de Medios —fuentes oficiales aseguran que en unos meses tendrá rango de ministerio—, es otro de los gestos que deben interpretarse en esa misma escalada. No solo porque su madrastra es la propia Garré, sino porque:
1-Fernández había sido el omnímodo sucesor de la caja que representa la millonaria —y creciente—pauta oficial luego de la eyección de Enrique Albistur al frente de la secretaría de Medios en diciembre de 2009. Ya no lo será más.
2-La persona que controlaba hasta ahora las cifras de esa partida es el Coordinador administrativo y presupuestario de la Jefatura de Gabinete, José Lucas Gancerain, uno de los funcionarios de mayor confianza de Aníbal Fernández.
En buen romance, no solo se le ha quitado al jefe de Gabinete la potestad sobre fondos que le permitían presionar a los medios para digitar su agenda “setting”, sino que le han raleado todo el poder a uno de sus soldados más fieles.
No debe llamar la atención en absoluto: Tribuna de Periodistas anticipó la embestida contra Gancerain el 16 de diciembre pasado, como parte de una serie de medidas que Garré llevaría adelante contra Fernández. “(Gancerain) está hoy en la mira de la ex Ministra de Defensa”, publicó este cronista en esos días.
El enfrentamiento entre Garré y Fernández seguirá in crescendo en una suerte de disputa personal que parece no tener fin y en la cual el jefe de Gabinete ha arrancado con fuerte desventaja.
Por caso, mientras estas líneas terminan de escribirse, Garré ha decidido separar a otros siete oficiales de la Policía Federal, dos de los cuales son de la confianza del otrora ministro del Interior.
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Christian Sanz