El dato no es nuevo y mucho menos novedoso. Desde hace años, el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández ha comenzado una cruzada personal contra José Granero para poder controlar la Secretaría de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar).
Para hacerlo, se valió de las herramientas más insólitas que puedan imaginarse y no ahorró en denuncias de diversa índole, como la asombrosa acusación de que la propia secretaría ocultaba drogas en una de sus camionetas.
Granero resistió como pudo hasta último momento, incluso desnudando las mentiras de Fernández en torno al tema drogas. Oportunamente, en el marco de un simposio sobre precursores químicos, dio una entrevista al diario El Tribuno de Salta y ofreció duras definiciones acerca del hoy senador: "Yo escuché personalmente a Aníbal Fernández mentirle a la presidenta Cristina Fernández de que en Argentina no había muertos por sobredosis. A la semana siguiente voy a la agrupación nuestra y la primera acción que hacen es rendirle homenaje a un compañero muerto por sobredosis. Parecía un chiste negro armado", dijo.
En realidad, la pelea entre ambos funcionarios siempre gravitó respecto al registro de precursores químicos que maneja la Sedronar. Fernández siempre quiso quitarle potestad a Granero sobre esa delicada lista y este último no lo permitió. “¿Qué sería capaz de hacer el poderoso ministro con semejante poder?”, se preguntaba el entonces secretario con incipiente preocupación.
Para doblegar a Granero, el ex jefe de Gabinete le fue quitando potestades a la entidad a su cargo y la fue transformando en una entidad meramente decorativa. Sin embargo, Fernández jamás pudo hacerse con el registro de precursores químicos, un listado que se hizo tristemente célebre luego del triple crimen de General Rodríguez en el año 2008. “A ver si queda claro, Aníbal (Fernández) no quiere controlar el listado de precursores para combatir el narcotráfico, todo lo contrario”, aseguró a Tribuna en esos días uno de los comisarios más importantes de la Policía Federal.
La pelea por controlar la nómina de marras nunca fue un secreto: “Fernández y Granero mantienen una pelea por Gabriel Abboud, que controla el Registro Nacional de Precursores. El conflicto está dado por la intención de la Sedronar de coordinar acciones con las fuerzas de seguridad cuando, desde el Ministerio del Interior, entienden que esa es una facultad propia y que el organismo sólo tiene tareas de prevención y auxilio para los consumidores de drogas", dijo Tribuna en junio de 2007.
Finalmente, esa puja finalizó este martes, con la eyección de Granero al frente de esa secretaría y su reemplazo por la funcionaria preferida de Aníbal Fernández, Mónica Cuñarro. Baste conocer el perfil de esta última para entender lo que viene.
Cuñarro, impulsora de la liberación de drogas en la Argentina
Mónica Cuñarro es una eficaz —y no menos obsecuente— espada que responde al ex jefe de Gabinete. Por caso, supo ser asesora del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación gracias a este.
Célebre por coordinar una impresentable comisión que promueve la despenalización de tenencia de drogas, supuestamente para "consumo personal", Cuñarro supo enojar al juez platense César Melazo cuando afirmó falazmente que la desfederalización de algunas causas de narcotráfico era "un fracaso" porque la policía "no investiga los casos graves de narcotráfico" sino que mayormente inicia causas por posesión de pequeñas cantidades de drogas en la vía pública.
El magistrado de garantías respondió con una dureza inusual: "Varios funcionarios tienen que pedir una nariz prestada para pasar una rinoscopía". ¿El mensaje fue también para Aníbal Fernández o solo para Cuñarro?
Como sea, el juez aprovechó para iniciar el debate: "Si se hacen los salames, se hacen los salames todos. Se está muriendo una generación con el paco mientras a muchos funcionarios les parece simpático fumarse un pucho de marihuana en algún recital."
Quien mejor ha definido a Mónica Cuñarro es Susana Broda, ex Presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de Santa Fe, ex Jefa de la Zona de Salud IV (departamentos San Martín y San Gerónimo) y asesora en la Comisión de Salud del Senado provincial.
En una carta enviada a Tribuna de Periodistas, la mujer contó una interesante anécdota que muestra a las claras quién es Cuñarro:
“El año pasado concurrí a una Jornada de encuentro de las Comisiones de Salud de las Legislaturas de todo el país para tratar, entre otros, el tema de las adicciones. La misma estuvo presidida por el Presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de la Nación, Dip. Nac. Héctor Sylvestre Begnis, y la invitada estrella fue la inefable Mónica Cuñarro, la cual comenzó su exposición contando que había renunciado a su cargo de Fiscal para trabajar ad honorem (¡¿?¡) en la Comisión Asesora del Ministro Fernández, dado su interés en el tema.
A partir de allí todo fue un dislate: sólo se habló del derecho de cada uno a hacer lo que quiera con su cuerpo y su salud mientras no perjudique a otro, del fracaso de la política actual sobre el tema, de ahorrar gastos, con dardos encubiertos (¡y no tanto!...) a las ONG que se ocupan de los tratamientos de los adictos que requieren internación y al dinero que les deriva el Estado para ello. (Me parece que también había un ojo alerta puesto en esa "caja"...) Y también el discurso obvio y ‘políticamente correcto’ de que el adicto no es un delincuente sino que es un enfermo que debe ser tratado, sin especificar cómo, ni donde, ni con qué presupuesto...
Únicamente podían realizar preguntas los Presidentes de las Comisiones de Salud y varios de ellos que osaron objetar algunos de estos puntos obtuvieron respuestas soberbias y descalificantes de parte de la Dra. Cuñarro. Y eso, sumado a que los asesores no podíamos participar ni siquiera por escrito, determinó que al medio día me fuera, convencida de haber presenciado sólo un gran lobby a favor de la despenalización.
Santa Fe no tiene un sólo centro de recuperación de adictos que sea estatal. Durante mi gestión le presenté al entonces Ministro Sylvestre Begnis un proyecto donde la Comuna de la localidad de Díaz ofrecía un edificio comunal a estrenar, total y lujosamente equipado con 30 o 36 camas, mesas, sillas, sábanas, vajilla, todo, para instalar un centro de recuperación para menores adictos, que además iba a funcionar como un centro de consulta y prevención zonal. Trabajamos mucho el Proyecto con la Dirección de Salud Mental, pero después de dos años de análisis el proyecto fue archivado porque nunca se crearon los 20 cargos necesarios para ponerlo en funcionamiento.
Pregunto: Si se despenaliza, ¿adónde vamos a tratar a cada uno de los que sean detectados fumando marihuana, por mencionar solo el consumo más común y generalizado?... ¿y dónde vamos a internar los casos que así lo requieran y a los adictos al paco?...
¿Saben la Dra. Cuñarro y el ministro Fernández que en los hospitales no hay camas para los adictos? ¿Que son resistidos por los médicos, el personal de enfermería y los gremios por los trastornos que ocasionan al personal y a los demás enfermos?”
Como puede verse, la postura de Cuñarro —impulsada en realidad por el ex jefe de ministros Fernández— es clara: hay que liberar del todo el consumo, tenencia y comercialización de drogas. Lo que ocurra después, se verá luego cómo se maneja.
Ese concepto es un dislate que va a contramano del mundo. Solo baste recordar que países como Colombia han vuelto a penalizar la tenencia de drogas luego del fracaso que fue la permisión de su uso. “Despenalizar la droga no ayuda a combatir el narcotráfico, sino todo lo contrario”, admitió a diario La Nación Jaime Bermúdez, ministro de Relaciones Exteriores de Colombia y una voz calificada al respecto.
El problema en la Argentina es otro y hay que decirlo con todas las letras: importantes funcionarios del kirchnerismo han encontrado un rentable negocio en la venta de estupefacientes. Ello explica la insistencia permanente que estos hacen respecto a la despenalización, sin que haya una sola campaña de alerta sobre el peligro que representa el abuso de esas mismas drogas peligrosas.
Uno de los mayores impulsores es Aníbal Fernández, quien querelló penalmente en dos oportunidades a quien escribe estas líneas y debió morder el polvo de la derrota. Ambos litigios fueron impulsados por vincular al ex jefe de ministros con el oscuro negocio del narcotráfico.
No solo la Justicia dio la razón a este cronista, sino también el titular de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, Claudio Izaguirre, quien ha advertido claramente cuáles son los puntos que desnudan la postura del otrora poderoso Fernández.
“Hace al menos 6 años que le vengo marcando sus falencias al propio Fernández sobre su particular forma de luchar contra el narcotráfico; sin embargo, su particular forma de entender la crítica, le ha impedido desarrollar barreras que frenen el avance de las droga en Argentina.
La creación de su gabinete particular de lucha contra el narcotráfico liderado por su seguidora Mónica Cuñarro dio resultados lapidariamente negativos, aunque lo positivo ha sido para esos miembros los sueldos excesivos que han recibido por hacer mal las cosas.
Ha tenido Fernández el gobierno de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y Policía Federal durante 5 largos años y, con todas estas fuerzas lideradas por él, se ‘colaron’ 6 cárteles en la Argentina accionando libremente hasta éste día.
Se cazaron y asesinaron entre ellos disputando territorios, se acomodaron y se cansaron de ingresar, de comercializar y exportar drogas irrestrictamente, poniendo a la República Argentina en el escalón de narcopaís.
¿Que no hizo Aníbal Fernández? No radarizó el país. La Argentina es fabricante de radares 3D.
Permitió el acceso absoluto de grupos de narcotraficantes que operan desde la Argentina, al no poner las barreras necesarias desde la Dirección de Migraciones a delincuentes extranjeros con extenso prontuario en sus países de origen.
Omitió aplicar el artículo 31 de la Ley de Seguridad Interior, que permite a nuestras Fuerzas Armadas actuar en caso de invasión, lo que hubiera frenado el tráfico de drogas en general y los vuelos clandestinos en particular.
Descartó en forma sistemática el aniquilamiento de las 1500 pistas de aterrizaje clandestinas, que tapizan el norte de la República Argentina haciendo de ese sector de nuestro País un espacio propicio para el ingreso descomunal de drogas.
Minimizó la importancia de los vendedores minoristas de drogas en todo el país, permitiendo con esta falta de acción que los comerciantes de venenos lleguen hasta las escuelas.
Definitivamente, Fernández no ha sido de ayuda para el gobierno en estos temas y cada vez que he advertido las falencias fui tratado no solo en forma despectiva, sino que además se me metió preso por indicar estos yerros, además de ponerme motes como ‘facho’, ‘nazi’ o ’agente norteamericano’, haciendo creer que mi accionar es impulsado por dineros extranjeros o presentándome como un enfermo mental que lo persigue. En definitiva, Aníbal Fernández demostró que no sirve para un cargo en el Ejecutivo.”
Más claro, echarle agua.
Concluyendo
Lo ocurrido en la Sedronar en estas horas, es una postal de lo vendrá. Las imágenes que hoy se ven en México, donde las mafias del narcotráfico controlan al propio Estado, serán usuales en la Argentina de los años venideros.
No casualmente, parte de esos mismos grupos foráneos estuvieron involucrados financieramente en las campañas políticas del kirchnerismo del último lustro. ¿Es casualidad acaso que dos relevantes narcos aparezcan en el listado de aportantes del Frente para la Victoria del año 2007?
En fin, Granero ha sido uno de los pocos referentes que resistió todos los embates oficiales para evitar el crecimiento del narcotráfico en la Argentina. En tal sentido, hay un dato no menor: se trata de uno de los pocos funcionarios que la embajada de Estados Unidos respaldó hasta último momento en la puja que mantenía con Aníbal Fernández. Jamás desconoció ese organismo los antecedentes del ex jefe de Gabinete y por ello sostuvo permanentemente la figura del saliente Granero.
Hoy esa puja se torció para el lado del ex jefe de Gabinete e incipiente senador nacional. Todo lo demás, lo que vendrá y lo que ocurrirá en la Argentina, es tristemente predecible.
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1