Como reguero de pólvora, el rumor comenzó hace dos semanas a circular por mail y redes sociales. Allí se hablaba de un "inminente estado de sitio" que sería dictado por Cristina Kirchner a efectos de responder a diversos hechos de la realidad que se venían dando uno tras otro.
La protesta de Prefectura y Gendarmería, los ruidosos cacerolazos, los impredecibles “escraches”, y el sospechoso secuestro de Alfonso Severo fueron condimentos suficientes como para que algunos imaginaran que se vendría una movida de ese tenor por parte del kirchnerismo.
Lo grave del asunto es que, a pesar de no tener sustento, esa posibilidad comenzó a ser tomada como un hecho concreto y cobró vida en las redes sociales. Algunos portales colegas incluso la difundieron como algo posible. La psicosis colectiva no tardó en hacerse carne.
Por caso, Tribuna de Periodistas recibió en la última semana no menos de 50 consultas por parte de preocupados lectores que creían que eso ocurriría de un momento a otro, de la mano de una suerte de "autogolpe" por parte de Cristina.
Antes de responder a cada una de esas personas, este portal hizo todas las verificaciones de rigor. Al menos tres periodistas de TDP chequearon exhaustivamente la mínima posibilidad de que se implantara un estado de sitio. Fueron los mismos colegas que refutaron en su momento la idea del eventual "autogolpe" K.
Entre otras cosas, se "exprimió" a fuentes de información oficiales y no oficiales, pero nada de ello arrojó los resultados esperados por los lectores. Más de uno de los consultados incluso se sorprendió por el rumor y todos coincidieron en que no había posibilidad de que ocurra algo de ese tenor. Para sustentar sus afirmaciones, muchos recordaron que las fuerzas de seguridad están lejos en estas horas de poder alinearse al kirchnerismo.
Lo ocurrido debería ser una lección para la sociedad y los medios de información respecto a lo delicado de hacer circular rumores sin sustento, sobre todo en momentos de tanta sensibilidad social.
En lo que va del año, TDP debió refutar una decena de "leyendas urbanas", muchas de las cuales no dudaron en ser publicadas por grandes medios. Entre otras: la supuesta compra de 100 mil dólares por parte de Máximo Kirchner, el cobro de este último de una jugosa AUH, el envió de la AFIP a dos alumnos de Harvard que molestaron a Cristina y la anulación de pasaportes por parte de la entidad comandada por Ricardo Echegaray.
La mayoría de esas "primicias" se pudo refutar con un mínimo chequeo de información, algo a lo que algunos medios escapan últimamente, olvidando que es parte del ABC de cualquier periodista.
No intenta este portal dar lecciones a nadie, solo recordar a algunos colegas —con los cuales simpatizamos en general— que un rumor no verificado puede hacer cundir un innecesario caos social. Es lo último que necesita la Argentina en estos días.