En un intento por quitarle fuerza a la movilización que mañana comandará Hugo Moyano, Cristina Kirchner dio este mediodía una sorpresiva conferencia de prensa —con la consiguiente utilización de la ostentosa cadena nacional— donde anunció un nuevo plan de créditos que en apariencia beneficiará a jubilados y pensionados.
El gestor de la movida habría sido Diego Bossio, bajo la rimbombante denominación de plan "Argenta". ¿No es acaso el mismo funcionario que admitió hace pocos días que, no solo no puede pagarse a jubilados vernáculos el 82% móvil que exige la Corte Suprema, sino que no alcanza siquiera para abonarles el 60%?
La noticia se da a conocer el mismo día en que ha trascendido que el Estado lleva gastados $1.900 millones para poder televisar el oneroso Futbol Para Todos y que se pagó deuda pública apelando a las reservas del BCRA.
Como sea, Cristina reveló luego la existencia de una suerte de acuerdo con el gobierno chino para reinvertir en el primer tramo de la construcción del Belgrano Cargas, un monstruo que supo recorrer 7.350 kilómetros desde Retiro hacia el norte del país, llegando a Bolivia y Chile.
Un dato: las (casi) idénticas políticas llevadas adelante por Carlos Menem y Néstor Kirchner —ambos permitieron que La Fraternidad y la Unión Ferroviaria controlaran la caja de subsidios— lo llevaron al estado de ruina en el que hoy se encuentra.
Es más, al mismo Moyano al que hoy denosta Cristina, su marido lo colocó como representante de la patronal del flete en camión.
"Por la profundidad del pacto Kirchner/Moyano, la CGT accedió a la dirección de la Subsecretaría de Transporte del Automotor en manos del camionero Jorge González, a la Subsecretaría de Transporte ferroviario para Antonio Luna (La Fraternidad), a la Subsecretaría de Puertos y Vías navegables para el portuario Ricardo Luján. Mientras, como interventor en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), Moyano impuso a Eduardo Sícaro", denunció oportunamente el Partido Obrero.
Luego del fracaso de la política ferroviaria del kirchnerismo, en 2008, a través del decreto 1.771, se anunció la reestatización del BC. Crisina dispuso entonces rescindir la concesión otorgada en 1999 y transferir los bienes y activos al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) y la Sociedad Operadora Ferroviaria (SOF). Sin embargo, la concesión que debía dejar de funcionar continúo tres años más.
No es la única paradoja, hace exactamente un año, la mandataria ya había anunciado el llamado a licitación para renovar las mismas vías. "El proyecto de entonces contemplaba la construcción de 3.200 kilómetros de vías, en reemplazo de parte de la traza existente", según publicó oportunamente diario Perfil.
Hablando de Moyano: Cristina no se olvidó de mencionarlo indirectamente, al deslizar que "extorsiona" con paros y marchas al Gobierno para conseguir sus objetivos políticos y económicos.
Jamás pronunció su nombre, pero se ocupó de que quedara claro que hablaba de él. Lo criticó con dureza junto al Gremio de Camioneros por el conflicto generado la semana pasada, el cual, según ella, de haberse prolongado hubiera dejado al país "en paro general". ¿Tan preocupada se encuentra Cristina que debió atacar a Moyano de semejante manera? ¿No se da cuenta de que, en lugar de erosionar su figura, lo elevó a un sitial estratosférico?
Como esperando un eventual conflicto en la movilización de mañana, la mandataria precisó que no enviará efectivos policiales, excepto los que custodiarán las inmediaciones de la Casa Rosada. La excusa fue más que pueril: "No quiero que los escupan como ocurrió en los últimos tiempos".
Finalmente, Cristina apuntó a los protagonistas del conflicto generado en el yacimiento Cerro Dragón, en Santa Cruz, después de que siete gendarmes que regresaban de pacificar la planta murieran en un accidente, en Chubut. "Lo que se ha visto de bandas, de intereses, que me explicó (el Secretario de Seguridad) Berni, es que entrara a sangre y fuego Gendarmería para producir un evento que desestabilizara al Gobierno", señaló.
En tal sentido, apuntó contra "un sector de la UOCRA", porque "los empresarios creen que diviendo a los sindicatos o al movimiento obrero" ganan. ¿Olvidó la Presidenta que ella misma, junto a su marido, impulsaron la ruptura de la CTA y otros sindicatos?
En fin, el discurso de Cristina tuvo demasiados giros —tanto tácitos como explícitos— referidos a una posible conspiración en su contra. ¿Qué buscó al generar tal alarma en la ciudadanía? ¿Por qué no hace una denuncia judicial si posee elementos concretos a ese respecto?
Tal vez haya que buscar las respuestas pertinentes en los cánticos que los "jóvenes" de La Cámpora entonaron al final del acto: "Si la tocan a Cristina, qué kilombo se va a armar".
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1